Gral. Roberto Chiabra, ex ministro de Defensa, indicó que actualmente se producen 250 toneladas de cocaína en el Vraem.
RCR, 13 de junio 2018.– Debido a la ausencia política, social y económica del Estado en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), el narcotráfico ha tomado el control y el poder de la zona. Así lo indicó el ex ministro de Defensa, Roberto Chiabra.
En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Chiabra manifestó que el Estado debió ejercer soberanía en el Vraem después de derrotar a Sendero Luminoso en los años 90. Ello para garantizar que los residuos senderistas no copen el valle, como hacen actualmente.
“El asunto de fondo es que el Estado no ha tenido presencia política, económica ni social en el Vraem. Solo nos acordamos del Vraem cuando hay emboscados u hostigamientos. Por eso el narcotráfico ha copado el poder y el mando en ese lugar”, apuntó.
Además, Chiabra comentó que el Vraem es un punto importante para el narcotráfico debido a que allí se fabrica la cocaína de más alta calidad a nivel mundial. Por este motivo, según dijo, el Perú se ubica como el primer país productor y exportador mundial de cocaína.
“La gente se pregunta ¿Por qué es tan importante el Vraem para el narcotráfico? Bueno pues, allí se cocina toda la cocaína que sale para el mundo. Calculo que aproximadamente se producen 250 toneladas de cocaína. Entonces, para ellos, ahí está el negocio”, subrayó.
Respecto a los constantes ataques que han sufrido miembros militares en dicha zona, Chiabra sostuvo que estos han sido, claramente, perpetrados por terroristas, quienes actúan como brazo político y operativo de los narcotraficantes.
“El término “narcoterroristas” creo que no está estipulado ni en nuestras leyes. Lo que existe es un grupo de terroristas de Sendero que velan por los narcotraficantes y cuidan su territorio. Estos terroristas son los que hacen los ataques contra la policía y los militares”, remarcó.
Por último, Chiabra instó al Gobierno Central a tomar mayor presencia en el Valle a fin de garantizar la soberanía y también la libertad de los pobladores que, en muchas ocasiones, son adiestrados con métodos terroristas contra su voluntad.
