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UNA AMENAZA PARA CHILE: EL MEGAPUERTO DE CHANCAY

  • A medida que se acerca la inauguración del proyecto, crecen las preocupaciones del país sudamericano por la posible pérdida de hegemonía en el Pacífico Sur y el impacto en sus exportadores.

Lima, 30 de Septiembre del 2024.- Conforme se acerca la fecha de inauguración del megapuerto de Chancay (en mes y medio aproximadamente), aumenta el temor y las preocupaciones de diversos estamentos de la sociedad chilena sobre los efectos que podría originar dicho proyecto sobre su economía.

Esta situación, que ha ido aumentando en intensidad, ya lleva más de tres años. Ha involucrado opiniones del presidente Boric y de los expresidentes Frei y Ricardo Lagos. Asimismo, un numeroso grupo de políticos, empresarios, economistas y expertos en puertos se ha pronunciado sobre el tema.

De manera general, podemos precisar que existen dos grupos: uno mayoritario que, de una u otra manera, admite la superioridad peruana en materia de puertos, y un segundo grupo, minoritario, que opina lo contrario. Pero en lo que existe unanimidad es en los efectos negativos que tendrá el megapuerto de Chancay sobre la economía chilena.

Por ejemplo, en uno de los numerosos videos en YouTube que explican los efectos “negativos” de Chancay sobre la economía chilena, titulado “Chancay destruirá Chile”, se reseña lo siguiente:

El director-propietario de Radio Bio Bio, Tomás Mosciatti (el periodista y el medio de mayor influencia en Chile), afirma que los efectos van más allá de la competencia portuaria y que el verdadero peligro será el efecto de Chancay en los exportadores chilenos.

Por su parte, el académico Caupolicán Guerra Iriarte precisa que, al tener los peruanos la ventaja de Chancay en su territorio, con ese ahorro los exportadores peruanos podrían inundar Asia a precios que los chilenos no podrían competir.

VISIÓN CORTOPLACISTA

Mientras tanto, las autoridades chilenas en materia de puertos opinan que Chancay no es competencia para los puertos chilenos; es lo que postula Eduardo Abedrapo Bustos, presidente de la empresa estatal del puerto de San Antonio.

Guerra Iriarte en tanto afirma que la visión cortoplacista de los líderes portuarios chilenos está subestimando el impacto a largo plazo de este proyecto, criticando la lentitud y los obstáculos que enfrentan sus proyectos portuarios.

Menciona el caso de la expansión del puerto de San Antonio, en el que las observaciones ambientales y los conflictos laborales han retrasado significativamente su desarrollo: “Se dice que, con suerte, la primera etapa estaría para 2032. Pero para entonces Chancay ya estaría operando a plena capacidad. Con equipos de última generación y procesos optimizados, promete reducir costos operativos, lo que le daría una ventaja competitiva adicional frente a los puertos chilenos, con infraestructura antigua y sus complejas relaciones laborales, que difícilmente puedan ser igualadas en el corto plazo”.

Fuente: Diario Expreso