PRISMA ONG revela que ocho de cada diez menores sufren de anemia en esta comunidad y en otras 12 del distrito.
RCR, 05 de julio de 2016.- Una investigación realizada por PRISMA ONG en trece comunidades rurales del distrito de Tambogrande (provincia de Piura) revela que ocho de cada diez niños sufren de anemia, una cifra muy alta que obedece al déficit de agua potable apto para el consumo humano, informó la licenciada Karen Delgado, responsable de este estudio.
En declaraciones a RCR, Red de Comunicación Regional, la especialista hizo un llamado a las autoridades competentes a intervenir con acciones inmediatas para garantizar la dotación de infraestructura de agua potable y saneamiento en estas localidades porque está en juego la vida, la salud y oportunidades de desarrollo de los niños, además en la necesidad de brindar este servicio básico y proteger en su conjunto a la población.
La investigación señala asimismo que cuatro de cada diez niños de estas comunidades sufren de desnutrición crónica –que se manifiesta en su baja estatura- también, uno de cada diez registra un bajo peso que no corresponde con su talla.
Delgado explicó que la anemia en los pequeños obedece a las pésimas condiciones de saneamiento debido a que la población de estas comunidades no cuenta con sistemas de agua potable por tuberías y carece de un sistema apropiado para la eliminación de excretas, lo cual a su vez genera un severo problema de contaminación.
Estas cifras de anemia y desnutrición, advirtió, se encuentran por encima de las estadísticas oficiales sobre los casos más altos de estos males en el resto de la Región Piura y el país.
Refirió que la municipalidad del distrito de Tambogrande cuenta con una planta artesanal de tratamiento de agua potable que suministra el servicio al casco urbano de la ciudad y abastece a las comunidades alejadas a través de camiones cisterna, como Apóstol San Juan Bautista de Locuto, que sólo reciben agua –de baja calidad- dos veces a la semana.
El agua que llega a las comunidades rurales procedente de la planta de Tambogrande está medianamente tratada y no cuenta con los niveles de cloro necesarios para ser considerada apta para el consumo humano, déficit que genera serios problemas de salud en la población, alertó la investigadora.
Los camiones cisterna depositan el agua en tanques comunales y a su vez las familias acuden a estos depósitos para seguidamente almacenarla en sus casas.
Delgado deploró que esa baja frecuencia de suministro de agua procedente de la planta de Tambogrande se debe a recurrentes problemas de logística en el transporte y la lejanía de estas comunidades, es así que hay familias campesinas que sobreviven con sólo unos veinte litros de agua semanal.
Cabe indicar que la investigación de PRISMA ONG -grupo multidisciplinario preocupado por la desnutrición crónica infantil y los factores de riesgo asociados a ella- se realizó en el marco del proyecto “Agua Segura” en el que interviene junto con otras instituciones, como el sector Salud, en acciones para la desinfección y tratamiento de agua para consumo humano.
Por su parte, pobladores de Apóstol San Juan Bautista de Locuto coincidieron en señalar que la falta de agua potable es uno de los problemas más álgidos de la comunidad, deploraron la pobreza, en muchos casos extrema, que agobia a la población y se quejaron de que hay pocas fuentes de trabajo.
Se advirtió, asimismo, que los programas sociales emblemáticos del Gobierno –Qali Warma, Vaso de Leche, etc.- no funcionan adecuadamente en esta comunidad campesina.
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