RCR, 03 de agosto de 2020.- Cayetana Aljovín, presidenta ejecutiva de la Sociedad Nacional de Pesquería, señaló que el sector pesquero en su primera temporada ha generado $ 1,000 millones de dólares en divisas. Destacó que las actividades en las plantas y en la flota han cumplido con estrictos protocolos de bioseguridad para proteger la producción y la salud de todos de sus trabajadores.
“Salimos el 13 de mayo a pescar y efectivamente hemos podido capturar la totalidad de la cuota que es de más de 2 millones 400 mil toneladas y esto va a representar aproximadamente $ 1,000 millones de dólares en divisas”, destacó a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Señaló que “el sector pesquero nunca paró a pesar de la pandemia, tanto en lo que es la pesca de consumo humano, como la industrial”. “Cuando llegó la pandemia y la cuarentena, estábamos en veda, pero tuvimos que prepararnos para hacerle frente a lo que sería la primera temporada. Entonces, hicimos un trabajo de mantenimiento tanto de la flota como de las plantas para estar listos”, indicó.
“La reactivación de la pesca representa remuneraciones para sus trabajadores y todo el encadenamiento que genera cuando está operando. Es un sector que se ha puesto de pie en la reactivación y que felizmente las condiciones climatológicas han sido adecuadas y se ha podido cumplir con la totalidad de la cuota”, subrayó.
Explicó que en el sector industrial laboraron con el 80% de los trabajadores, porque el 20% es personal de riesgo y tiene que permanecer en sus casas por ser vulnerable al coronavirus. “Para nosotros, la salud de los trabajadores es la salud de la operación. No puede haber operación segura y sana si los trabajadores no están sanos. Por eso es que desde que iniciamos los trabajos de mantenimiento en plantas y flota, diseñamos un protocolo de seguridad bastante estricto que después ha sido imitado por otros sectores”, dijo.
Remarcó que el sector pesquero fue el primero en alcanzar una propuesta al Ministerio de la Producción y al Ministerio de Salud, que fue aprobada y la pusieron en práctica en los trabajos de mantenimiento de la flota y la planta. “Además, decidimos contratar a un tercero para que audite el proceso y pudiera estar vigilando que estuviésemos cumpliendo al 100% estos protocolos para garantizar la salud de los trabajadores. Luego, estos protocolos de bioseguridad fueron ampliados para la puesta en operación”, agregó.
“Estos protocolos fueron los primeros sobre los cuales se han basado muchos de los demás sectores. Son bastante rigurosos, teníamos desde pruebas, tanto rápidas como moleculares, como también equipos de protección personal, transporte privado para que los trabajadores no usen transporte público, todos los elementos de limpieza en las plantas y en la flota, el tema de los turnos para respetar el distanciamiento”, manifestó.
Informó que los resultados de la auditoria indicaron que las empresas han estado cumpliendo al 100% los protocolos de bioseguridad. “Además, en el gremio tomamos la decisión que si alguna empresa no estaba cumpliendo con sus protocolos inmediatamente tenía que suspender sus operaciones. Felizmente, todas cumplieron y no tuvimos que tomar esa medida”, anotó.
Estimó que “la segunda temporada de pesca puede ser igual de provechosa que la primera, pero todo va a depender de las condiciones climatológicas. “Nada nos hace prever que haya alguna alteración, pero siempre tenemos que ser precavidos, porque el clima es un factor muy importante en términos de pesca. Si todo va bien como hasta ahora, es muy probable que podamos capturar la misma cantidad de anchoveta que la primera temporada y por tanto contribuir al PBI peruano por otros mil millones de dólares adicionales”, apuntó.
Sector competitivo
Aljovín informó además que mantienen una conversación con el Ministerio de la Producción y el Ministerio de Economía sobre una serie de aspectos considerados vitales para que la pesca sea más competitiva. “Queremos tener un sector moderno y competitivo, que pueda generar mayores divisas y más puestos de trabajo. Por tanto, queremos arrancar con una reducción de los sobrecostos”, dijo.
Aseveró que la industria pesquera paga muchísimos sobrecostos que podrían ser rápidamente ajustados y de esa manera ser más competitivos. “Por ejemplo, los costos de los programas de supervisión y vigilancia podrían ser reducidos en costo y no en eficiencia, porque podemos utilizar la tecnología que antes no existía. Creemos que es importantísimo dictar una serie de medidas que permitan que el Perú vuelva a ser una potencia como lo fue en los años 70”, afirmó.
“Tenemos el recurso del mar para serlo como sí lo es Ecuador. En Ecuador el combustible cuesta tres veces menos que en el Perú. Creemos que tenemos espacio para equilibrar la cancha y poder tener un combustible más competitivo para desarrollar el norte del Perú, que ha sido golpeado por la pandemia y el Fenómeno del Niño Costero”, precisó.
“Con estas medidas podríamos generar más de 70 mil puestos de trabajo en cinco años, producir más de mil millones en divisas y hacer capturas por el orden de las 100 mil toneladas cuando hoy solo pescamos 10 mil toneladas”. “Es triste que el Perú, teniendo el atún en su mar, tenga que estar importando de Tailandia y que los niños del programa Qali Warma coman atún tailandés en vez de estar comiendo atún peruano”, comentó.
“En el tema del jurel, creemos que es importante revisar las cuotas. E jurel ha regresado al mar peruano y creemos que hay espacio para poder pescar esta especie en mayor cantidad, por supuesto asegurando la sostenibilidad de este recurso. Tenemos que seguir luchando contra la pesca ilegal que mueve en el Perú más de 100 millones de dólares anuales y trae una serie de delitos conexos y tenemos la obligación moral de combatirla”, resaltó.
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