RCR, 2 de febrero del 2021.- Carlos Amasifuén Guerra, director de la Subdirección de Recursos Genéticos del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), destacó que el sector ha reconocido a la comunidad de Marcapata Ccollana, Cusco, como una nueva zona de agrobiodiversidad del Perú por sus diferentes variedades de papa y cultivos, así como por su riqueza cultural que mantiene al ayllu como organización social.
“En el Midagri estamos promoviendo el reconocimiento de estos espacios y desde octubre del 2019 a la fecha esta es la cuarta zona reconocida en Marcapata Ccollana, en el distrito de Quispicanchi, un espacio de más de 22 mil hectáreas, donde hay 9 comunidades que la conforman y donde existe una gran diversidad con riqueza de diferentes variedades de papa, oca, mashua, maíz. También existen prácticas culturales ancestrales que se mantienen y permiten esa gran riqueza”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Explicó que las zonas de agrobiodiversidad son espacios de territorio geográfico donde se mantiene una gran riqueza de agrobiodiversidad nativa. “Para que se conserve esa agrobiodiversidad se valora mucho la riqueza cultural que hay en estos espacios y permiten tener esa riqueza tanto en cultivos como en crianzas”, indicó.
“Esta diversidad en pisos ecológicos genera diferentes agroecosistemas que contribuyen a esa gran riqueza de cultivos que se pueden encontrar en este territorio. En nuestro país tenemos esa bondad que nos permite la naturaleza misma y estas comunidades nos enseñan como es que de una manera muy eficiente y con prácticas sostenibles se puede conservar y hacer uso de estos recursos”, remarcó.
Precisó que la comunidad de Marcapata Ccollana está organizada como un ayllu que trabajan de manera cooperativa. “Ellos tienen un sistema que permite la rotación de cultivos y utilizando diferentes tipos de sistemas de labranza. Esta rotación y sistemas de labranza usados de manera amigable o en función de los requerimientos del cultivo mismo y de los tiempos en el año hacen que puedan tener esos recursos de manera permanente y sostenida”, afirmó.
“Hay también la presencia de camélidos que son criados de manera conservada. Ahora que se ha hecho el reconocimiento, el INIA buscará trabajar de manera coordinada con los miembros de esta comunidad para empezar a planificar un plan gestión para que ellos tengan participación para que esta práctica se mantenga esta riqueza cultural y al mismo tiempo sea sostenible y se vaya adaptando a las diferentes circunstancias que se vienen presentando en la actualidad”, expresó.
Informó que en octubre 2019 se reconoció como primera zona de agrobiodiversidad a la comunidad Andenes de Cuyocuyo, en Puno. “Se ha reconocido a cuatro zonas de agrobiodiversidad en total. Se ha reconocido a Marcapata Ccollana, al Parque de la Papa, que también está en Cusco, a Collasuyo, que es colindante a Marcapata Ccollana”, detalló.
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