Miguel Ángel Rodríguez Mackay, analista en política internacional, detalló cuáles serán los afectos que tendrá en La Habana la incursión del capitalismo.
RCR, 24 de julio 2018.- Cuba ha dado un paso más hacia el desarrollo. La propuesta para eliminar el término “comunismo” en su constitución, sumado al reconocimiento de la propiedad privada y al matrimonio homosexual, denotan un proceso progresivo hacia un mundo cada vez más moderno. Así lo indicó el experto en política internacional, Miguel Ángel Rodríguez Mackay.
En diálogo con Red de Comunicación Regional (RCR) el experto en derecho internacional comentó que, tras la muerte de Fidel Castro, quien tuvo a Cuba -por más de medio siglo – entre incertidumbre y atraso, se ha abierto un camino para las nuevas generaciones, lideradas por el actual presidente de la isla, Miguel Díaz Canel.
“Díaz Canel lleva adelante un proceso progresivo, seguramente todavía no habrá cambios radicales, pero el hecho que en la constitución se introduzca el concepto de la propiedad privada y se elimine la manera ortodoxa del comunismo, son indicadores que este cambio va a ser de fondo por el bien de la isla”, explicó.
Rodríguez Mackay reiteró que, con el paso del tiempo, Cuba se convertirá en un país como China, apegado a un sistema de desarrollo capitalista progresivo, pero manteniendo la visión externa del comunismo. “Esto lo harán para que no se diga que todo lo que hizo Fidel se tiró por la borda”, aclaró.
Precisamente el hermano Raúl Castro, quien hasta hace poco estaba al frente de la isla, tuvo que declinar ante el contexto internacional que obligaba a Cuba a tomar otras políticas de Estado. “Raúl hace un mea culpa y deja la presidencia consciente de que su país necesita un líder fresco, alguien que lleva a cabo el verdadero desarrollo y progreso”, mencionó Mackay.
Por último, afirmó que la relación entre La Habana y Washington continuará desarrollándose. En ese sentido, indicó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es consciente de la importancia de mantener una buena relación con el país vecino.
“Por más que Trump lance ataques internos, no creo que cierre embajadas o intente algún tipo de retroceso entre las relaciones de su país con Cuba. Es una política de Estado mejorar esta relación y Trump lo sabe. Por lo que no me cabe duda que continuarán estrechando relaciones”, sentenció.