Fuente :Publimetro
Hoy nos toca cerrar publimetro.pe e irnos con un agradecimiento y los mejores deseos para todos.
Hace nueve años, un acuerdo entre el Grupo El Comercio y la cadena Metro Internacional permitió que llegara a nuestro país una manera diferente de hacer periodismo. Así nació Publimetro Perú, en agosto del 2011, el primer diario gratuito en nuestro medio, que se repartió desde entonces cada mañana –de lunes a viernes– en 100 puntos de Lima. En paralelo, comenzó a funcionar nuestro portal de noticias web www.publimetro.pe y abrimos las cuentas @publimetrope en Facebook y Twitter.
No ha sido su gratuidad, esperamos, lo único distintivo de Publimetro. Nuestra consigna fue “cambiar las mañanas” de apuros y tráfico malhumorado con la edición impresa. Primero, con 100 promotores que repartieron nuestro periódico con una sonrisa –muchas veces recíproca–, en un intercambio de buenas ondas con los lectores. Y segundo, con un periódico editado con mucho cariño y dedicación, que trató de privilegiar las buenas noticias, levantar ánimos para comenzar el día, poner en agenda temas constructivos y hacer –de alguna pequeñita manera– que pudiéramos compartir una ciudad mejor.
Lo mismo buscamos hacer desde nuestras plataformas digitales, que nos permitieron interactuar con nuestros lectores y presentarles entrevistas en vivo con artistas, emprendedores, deportistas o políticos. También por la vía virtual pudimos organizar sorteos y premiar a nuestros seguidores con juguetes en onda retro, entradas para espectáculos, camisetas de fútbol, libros, etc., especialmente a través del programa Fuera de la Caja. Asi, llegamos a pasar el millón de seguidores en Facebook y los 235 mil en Twitter. En nuestro sitio www.publimetro.pe sumamos, en abril del 2020, 26.733.929 páginas vistas y 8.018.861 browsers únicos.
La crisis que todos conocemos hace que no podamos seguir en ese empeño, pero nos gustaría mucho que ese espíritu se mantuviera, más allá de esta despedida que hoy nos toca. Nos vamos con un agradecimiento a los lectores, a los auspiciadores, a las empresas editoriales que nos dieron vida, a todos aquellos que participaron en esta historia. Nos debemos un abrazo, cierto, ya nos lo daremos en otro momento.