Fuente: Revista Horizonte Regional de Ayaviri
Una operación minera responsable y moderna debe ser aprovechada como una gran oportunidad.
En el distrito de Ñuñoa se asienta el proyecto de exploración de minerales Santo Domingo. Mucho se ha hablado del mismo, y las polémicas no han estado exentas. Las posiciones están divididas, pues algunas personas rechazan el proyecto por temor a posibles impactos ambientales y otras lo aceptan considerando que una eventual operación minera formal generaría beneficios para la localidad.
Lo cierto es que las discusiones se han basado más en opiniones subjetivas, posiciones ideológicas e intereses particulares y poco se ha argumentado dese una perspectiva técnica. En este sentido es que hemos recurrido al experto en temas de sostenibilidad en industrias minero – energéticas, Mg. Rodrigo Reátegui para analizar los diversos puntos de controversia en torno el proyecto Santo Domingo.
La primera preocupación está relacionada con los aspectos ambientales. ¿Qué tanto impacto puede generar un proyecto de exploración? El experto señala que en exploración los impactos son muy bajos. Esta actividad no requiere de insumos químicos tóxicos que puedan afectar al ser humano, los animales o las fuentes de agua. Lo que sí hay es una leve medicación de topografía por las perforaciones que se realizan, pero esto es fácilmente remediable luego de que se retira una plataforma. Lo que sí se debe de tener en claro es que impacto no es sinónimo de contaminación. Toda actividad humana, desde que nacemos hasta que morimos, genera impactos sobre el medio ambiente, pues lo modifica o la alteran, pero la contaminación es una alteración negativa y dañina para la salud del ecosistema.
En la eventualidad de que Santo Domingo logre evolucionar hacia una operación minera, los posibles impactos ambientales se deberán identificar y mitigar mediante estudios ambientales, los cuales cuentan con una estricta normativa y son requisitos para poder obtener los diferentes permisos que se necesitan para instalar una mina. Hay que decir que hoy en día con el enorme avance tecnológico que hay en el mundo, las empresas mineras formales no tienen excusa para contaminar el medio ambiente. El agua se pueda recircular o tratar, la calidad del aire se puede monitorear y gestionar, los residuos sólidos se pueden clasificar y reutilizar. Hay soluciones para cualquier riego identificado.
Reátegui apunta que MINSUR, titular del proyecto Santo Domingo, trabaja con los estándares internaciones como el ISO 14001 y los principio de ICMM.
“Esto último es muy importante mencionarlo, porque es una de las pocas empresas mineras en el mundo que están en este grupo. Eso es una garantía adicional de los controles ambientales que práctica, pues estos organismos son muy estrictos”.
Respecto a los permisos necesarios para operar, se debe recalcar que ninguna empresa minera de mediana o de gran envergadura puede operar sin permisos específicos. Santo Domingo cuenta con las autorizaciones necesarios para explorar al haber presentado sus estudios de impacto ambiental y los informes técnicos sustentarlos que han sido requeridos.
Ojo, estos permisos solo son para explorar. Si Santo Domingo encuentra un yacimiento atractivo para una explotación minera, deberá realizar los estudios ambientales pertinentes y solicitar las autorizaciones estipuladas.
Estas demandarán que la empresa considere mecanismos de participación para que la población esté informada y, además, pueda presentas sus observaciones a los estudios ambientales.
Sobre las denominadas licencias sociales, el especialista aclara que estas no constituyen permisos formales. La licencia social es un concepto que genera muchas confusiones pues no se trata de un documento, un papel firmado. Debe entenderse como un estado de entendimiento y aceptación de un proyecto por parte de la población y autoridades de las zonas de influencia. Un proyecto minero debe saber comunicar los beneficios que traerá, tales como el canon, empleo, dinámica, económica, programas sociales y ganaderos u obras de infraestructura y que cuentan con todos los mecanismos para preservar el medio ambiente. De esta manera, obtener la confianza de la mayoría de la población. Y se menciona “la mayoría” porque siempre habrá personas que no están de acuerdo con algo, sea por percepciones arraigadas, intereses políticos o porque simplemente no confían en lo que se les dice. Están en su derecho, pero debe primar el interés de la mayoría.
Con estas premisas, el Mg, Rodrigo Reátegui concluye que una operación minera responsable y moderna debe ser aprovechada como una gran oportunidad, pero resalta que eso depende también de las autoridades es instituciones locales. Con la gestión ambiental garantizada, debemos pensar en cómo se van a gestionar los importantes recursos que entrarán a las arcas del distrito. Es fundamental contar con autoridades honestas y capaces, organizaciones de vigilancia, implantar espacios de diálogo entre la población, las instituciones y la empresa, pero, sobre todo, tener una visión común y planificada del desarrollo local. Las oportunidades se presentan una sola vez y hay que saber aprovecharlas con inteligencia y buena voluntad