Samuel Rotta, director ejecutivo de “ProÉtica”, indicó que, si Uruguay concede asilo a García, le daría una señal “muy negativa” a América Latina respecto a la lucha anticorrupción.
RCR, 20 de noviembre 2018.- Sería nefasto que Uruguay le brinde asilo político al ex presidente Alan García, pues estaría reconociendo una persecución política contra el ex mandatario que no existe y, además, haría retroceder la lucha anticorrupción en toda América Latina, aseguró el director ejecutivo de “ProÉtica”, Samuel Rotta.
“De concederle el asilo, sería nefasto. Les daría una señal muy negativa a todos los países de la región respecto a la lucha anticorrupción. Y también sería una respuesta al Perú diciendo que acá existe una persecución política que es evidente que no hay. Sería un retroceso en las investigaciones que se le siguen a García”, afirmó.
En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Rotta también advirtió que, en caso García logre obtener el asilo de Uruguay, dicho país iría en contra de todo lo que se ha avanzado en materia de acuerdos internacionales de lucha anticorrupción, como la Convención Interamericana Contra la Corrupción, la Convención de Naciones Unidas Contra la Corrupción y el Acuerdo de Lima.
“Todos estos acuerdos tienen dispositivos o guías que impulsan la cooperación más amplia entre los países para perseguir, investigar y castigar la corrupción. Si Uruguay le concede el asilo, haría retroceder todos estos acuerdos y los rompería. Creo que, como mencioné, sería muy negativo que se de esta situación”, subrayó.
Además, Rotta afirmó que, en el marco del pedido de asilo que pidió el ex mandatario, Uruguay tendrá que revisar y evaluar los alegatos que presente el Perú sobre este particular. En ese sentido, también saludó el pronunciamiento que hizo el presidente Martin Vizcarra sobre este polémico caso.
“A mí me parece positivo el hecho que el propio presidente esté liderando esta respuesta a Uruguay. Me parecería importantísimo además que el gobierno, a través de su Cancillería, empiece a trabajar con otros gobiernos para exponerles el riesgo que involucra una situación como esta para toda la comunidad latina”, remarcó.
Finalmente, Rotta recordó que, después de la transición democrática en el 2001, nuestro país tuvo un reto importante de establecer reformas ambiciosas en materia de lucha anticorrupción. Sin embargo, dijo que distintos gobiernos que pasaron por el país desde dicha época no contribuyeron a reformar el Perú en materia anticorrupción.
“Hemos tenido 18 años perdidos en materia anticorrupción y ahora nos están pasando factura. Desde el 2001, no solo Odebrecht, sino otros proyectos, empresas y personas han actuado bajo la sombra de la corrupción. Por eso, como consecuencia, tenemos a todos los presidentes procesados o investigados por estos casos. Es una situación histórica lamentable”, sentenció.
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