Colaborador de Red de Comunicación Regional (RCR), en Leticia (Colombia), Alberto Cabrera Marina, insistió en que las graves carencias que aquejan a las poblaciones de todas las zonas de frontera del Perú y, en especial, de la localidad de loretana de Santa Rosa, limítrofe con Colombia y Brasil, son la radiografía del más absoluto desamparo en las que se encuentran, por parte del Estado.
RCR, 27 de mayo 2019 .- El Perú debe trabajar en una política sostenible de fronteras, a mediano plazo, en la que se aplique una verdadera descentralización que permita el desarrollo de las localidades limítrofes, actualmente en un secular y total abandono y una enorme desventaja frente a sus pares de otros países, demandó el colaborador de Red de Comunicación Regional (RCR), en Leticia (Colombia), Alberto Cabrera Marina.
”Es algo que tenemos que trabajar, en el Perú, a largo aliento Lo que ha logrado Brasil y lo que ha logrado Colombia no es un milagro que lo hayan hecho durante los últimos veinte o treinta años. Es un trabajo que se ha venido haciendo durante décadas (en esos países). La descentralización en Colombia sí está funcionando, al contrario de nuestro país. Aquí si se están descentralizando los servicios y se pueden ver porque operan casi todos los bancos que operaran en Medellín o Cali. Y, aquí, en el lado peruano no tenemos loa presencia ni siquiera del Banco de la Nación”, subrayó.
En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Cabrera insistió en que las graves carencias que aquejan a las poblaciones de todas las zonas de frontera del Perú y, en especial, de la localidad de loretana de Santa Rosa, limítrofe con Colombia y Brasil, son la radiografía del más absoluto desamparo en las que se encuentran, por parte del Estado.
En ese sentido, advirtió la penosa la realidad que atraviesan nuestros compatriotas de la localidad fronteriza de Santa Rosa, con una carencia casi absoluta de servicios básicos, y en los rubros de Salud y Educación, en comparación a la situación existente en las poblaciones vecinas de Tabatinga (Brasil) y Leticia (Colombia).
“La diferencia es, realmente, abismal… Con decir que los pobladores de Santa Rosa tienen que cruzar el río Amazonas para comprar agua para el consumo humano. Lo contrario es llegar al lado colombiano, con cuatro universidades, con todos los servicios básicos y una infraestructura vial admirable que la conecta con el lado brasileño y el interior de los otros 32 departamentos que tiene Colombia. Y tiene un aeropuerto internacional con ocho vuelos diarios que la conectan a distritos puntos de ese país”, especificó.
Agregó que otro tanto ocurre con Tabatinga, que dispone las mismas infraestructuras que Leticia y un aeropuerto internacional que atiende tres vuelos diarios a Sao Paulo y otro Manaos, así como un diario e intenso movimiento portuario fluvial, especialmente al puerto de Manaos.
“En realidad, se vive (en esas zonas fronterizas colombiana y brasileña) una dinámica totalmente distinta que nos lleva totalmente de encuentro, en todos los aspectos, con el lado peruano”, apuntó.
De otro lado, informó que afortunadamente el terremoto de grado 8 que afectó la selva de Sudamérica no causó daños personales y de infraestructura a la triple zona de frontera peruana, brasileña y colombiana, especialmente a las localidades de Caballococha, Tabatinga y Leticia, respectivamente.
“La información que tengo de algunos pobladores, tanto de Caballococha como de Santa Rosa, y dado que tiene el servicio de energía termoeléctrica, es que no se ha interrumpido en esa zona y lo cuentan con normalidad. También acá (en Leticia), no ha tenido mayor repercusión”, anotó.
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