Talleres de socialización también son importantes para desarrollo de habilidades sociales.
RCR, 2 de enero del 2020.- José Carlos Farro, psicólogo y consejero familiar, que en estas épocas de vacaciones es recomendable que los padres deben pasar más tiempo con sus hijos para fortalecer su personalidad. También señaló que los talleres de autorregulación emocional y socialización son fundamentales para el desarrollo de sus habilidades sociales.
“Durante los veranos en el centro hacemos bastante talleres para niños de autorregulación emocional, talleres de socialización, talleres de desarrollo de algunas habilidades para aprendizaje. Siempre le digo a los papás que la intención inicial debe ser pasar más tiempo con sus hijos, porque eso es fundamental”, dijo el especialista en el programa “Hablemos de Educación” de RCR.
Remarcó que los talleres de inteligencia emocional para los chicos de cuatro a ocho años son fundamentales el desarrollo de habilidades sociales. “Con talleres de dos veces a la semana se puede cubrir bastante bien y es funcional para la dinámica familiar”, indicó.
Señaló también que “para los adolescentes se puede aprovechar este tiempo para desarrollar sus intereses pues cuando llegan a los últimos años de colegio no tienen mucha claridad acerca de que les gustaría hacer en la vida”.
“Una cosa súper interesante es coordinar entre padres de niños que son amigos para ponerles alguna actividad que puedan hacer dos o tres chicos juntos. Por ejemplo, visitas a museos en diálogo con ciertas personas que puedan ayudarlos como algún profesor que pueda ser que podríamos ayudarlos a desarrollar algún interés en particular”, manifestó.
También mencionó la importancia de los clubes de lectura. “En esta época de redes sociales identificamos a niños que manejan clubes de lectura con algún libro sencillo y se reúnen, lo conversan y tienen experiencias a partir de sus libros”, precisó.
“Con un poco de creatividad se pueden encontrar espacios organizados por los mismos padres para el desarrollo de ciertas habilidades. Por ejemplo, un padre que tiene algún interés particular por la mecánica o por trabajar con madera puede invitar a los chicos a aprender esas habilidades. En las clases de cocina los chicos dan su clase final con una cena benéfica. En unas clases de arte al final todos presentan sus pinturas en una especie de gala”, explicó.
Comentó que “en general los colegios lo comienzan talleres de orientación vocacional alrededor de tercero, cuarto y quinto secundaria, pero en la realidad la vida está tan llena de incertidumbres que no hay plan que termine de ajustarse al 100%”. “Existen chicos de 15 y 17 años que, por ejemplo, quieren seguir alguna carrera técnica o chicos que optan por emprender y prescinden de la universidad porque con ideas novedosas y bien aconsejados son capaces de poder comenzar empresas e irse forjando un rumbo por ahí”, enfatizó.
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