En el marco del presupuesto público 2022, el gobierno prioriza cinco sectores claves para la recuperación y aceleración de la economía post pandemia, concentrándose en las personas y en su estado de salud en un entorno donde las variantes del virus del SARS-CoV-2 amenaza con afectar con mayor incidencia la salud pública en prevención a la fuerte movilidad social (sobre todo los fines de semana) y escaso nivel de protección personal del ciudadano.
Un primer sector priorizado, es la Salud y Atención a la Emergencia Sanitaria, con un aumento en el presupuesto de 5.8 por ciento, por cierto, es menor en más del doble al 1 incremento presupuestal 2021 respecto al año 2020 (13.5%), y lejos también del 9.5 por ciento del incremento porcentual promedio registrado en los presupuestos iniciales y continuados 2016-21. Si bien es cierto, la tasa de contagios (y ataques) y letalidad siguen una tendencia a la baja a nivel Perú, el virus seguirá siendo un enemigo mortal e invisible, incluso después de la inoculación de la vacuna. De acuerdo a la información del MINSA y las proyecciones realizadas por el economista Andres Gatty (ver gráfico de su autoría) la tendencia estadísticas nos demuestran que no existe una tercera ola corriendo tras nuestro, y es muy probable (sumado los más de 19 millones de dosis aplicados hasta finales del mes de agosto, y para el mes de setiembre se tiene previsto el arribo de doce millones de dosis, pudiendo alcanzar la vacunación con dos dosis al 50 por ciento de la población objetivo; mensaje presidencial del lunes (06/09/2021) que en los próximos meses tengamos, estadísticamente, una salud pública bajo control. En lo que va del presente año fiscal (al 6 de setiembre, www.mef.gob.pe) la función salud experimenta un aumento presupuestal de s/7 mil 235 millones.
El segundo sector priorizado, es Educación, con un presupuesto de apertura para el 2022 de s/35 mil 758 millones, que representa un aumento de 7.9 por ciento respecto al asignado inicialmente para el presente año fiscal. En este sector se ve una mejora presupuestal de arranque respecto al promedio de los últimos cinco años (5.9%); de los cuales las acciones relacionadas a desarrollo profesional docente, entre ellos aumento de remuneraciones, se destinaran s/1 mil 263 millones. La apertura de los centros educativos para una educación presencial; el mantenimiento de los locales escolares deteriorados por su no uso durante estos dos años (2020-21) y acoplarlos a los servicios básicos, entre ellos energía eléctrica e internet; la adquisición de equipos tecnológicos y protección a la salud a los estudiante de educación básica regular; entre otras actividades programadas, son la respuesta al incremento del presupuesto al sector para el siguiente año fiscal. Recuperar la dinámica de la enseñanza en aula, establecer y adoptar metodologías distintas hasta antes de la pandemia que permitan un aprendizaje basada en uso de herramientas tecnológicas, y una planilla docente adoptando un código comunicacional efectivo como eficaz a fin de elevar los niveles de comprensión lectora y resoluciones matemáticas de pésimos resultados en las evaluaciones anteriores.
El tercer sector priorizado, es el Fortalecimiento de la Competitividad Agrícola, en sus cinco ejes de acción, resaltando la partida de acceso a financiamiento agrario, con un total de s/253 millones, de los cuales s/200 millones se destinaran para el fondo AGROPERU, s/35 millones para los planes de negocios, y s/18 millones para el proceso de reconversión productiva, que el departamento de San Martín y su gobierno regional viene implementando desde el 2019 con mayor voluntad política. Este sector es básico, si nos concentramos en la agricultura familiar, este grupo abarca a 2.2 millones de productores del campo, cuyo esfuerzo productivo está presente en la mesa familiar del 80 por ciento de las familias del Perú; sin embargo, su condición laboral, las condiciones de producción y los distintos escenarios ambientales de ahora, hacen de la agricultura familiar un campo fértil donde se abona pobreza y vulnerabilidad alimentaria; si la añadimos los escenarios de los tratados comerciales internacionales, acceso a nuevas tecnologías, capacitación y financiamiento; las condiciones del campo (y la desigualdad) serán siempre un terreno minado por la desconfianza de un estado que no se compromete ni se involucra con su futuro prometedor, 2 y esto implica, básicamente, mejorar los ingresos del campo, acercar sus productos a mercados más ampliados y reducir la intermediación. Se necesitan gestores del campo.
El cuarto sector priorizado en el presupuesto público, es Alivio a la Pobreza y Protección Social. Los resultados de pobreza en el año pandémico de 2020 publicados por el INEI en mayo, revelan que las personas en situación de pobreza alcanzan a 10 millones de personas, representando el 30.1 por ciento de la población total, con un aumento de la carga social de 4 millones expuestas en condiciones de vulnerabilidad y atacados por la letalidad de la pandemia, que dejo sin oxígeno a la familia: empleo (e ingresos). Los programas sociales y la protección social serán cruciales, así como la recuperación del empleo, para llegar a distinguir entre la promesa electoral (“no más pobres en un país rico”) y los resultados de gestión. A la fecha (06/09/2021), Sinadef reporta un total de fallecidos de 198,703 ciudadanos nuestros que dejaron en orfandad a un grueso de población infantil y de los adultos mayores al desaparecer todo o parte de los ingresos de las familias generados por los padres; ahora el estado tendrá que velar por ellos, de ahí se explica, el por qué el presupuesto destinado a la atención oportuna de niños, niñas y adolescentes va aumentar en 46 por ciento en el 2022 con respecto al inicio de presupuesto del presente año fiscal, de igual modo, el programa de acceso de personas adultas mayores a servicios especializados, va aumentar en 62.5 por ciento.
El quinto y último sector priorizado en el presupuesto 2022, es de la promoción del empleo y productividad. Se dará mayor énfasis al trabajo temporal (para arreglos de calles, veredas y otros) trasfiriendo a los gobiernos locales s/523 millones, tres veces más al presupuesto inicial del 2021; en el tema de productividad, el esfuerzo presupuestal de 2022, estará enfocado al sector turismo, con un incremento de s/30 millones adicionales destinados para el fortalecimiento de las capacidades de guías turísticos y la mejora y ampliación de la infraestructura turística. Recuperar empleo (y generarlos) más que un reto es un desafío permanente para cualquier gobierno, en donde tres de cuatro trabajadores son informales. Sacar de la informalidad (o lo que es lo mismo, incluir a la formalidad) al 10 por ciento de los trabajadores en los próximos dos años será una tarea de enormes proporciones, pues se requiere combinar esfuerzos de políticas públicas flexibles para fortalecer el trabajo formal en un mercado laboral con baja tasa de productividad, realizar cambios en la política de pensiones (y cómo financiar las pensiones del futuro) para una vejez digna, y como no, de un potente nodo que conecte capacidades productivas, mercados dinámicos e instituciones efectivas que prioricen voluntades sociales y visiones territoriales.
El presupuesto 2022, no solamente es recentralista, es también el deseo de un país que desea progreso y desarrollo compartido, pero se encuentra lejos de alcanzarlo.