A finales del mes de agosto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) publica el proyecto de presupuesto de la república para el año fiscal 2022, proceso que comienza todos los años a partir del segundo trimestre, y para darle garantía en su diseño, contenido y consistencia, el MEF cuenta con el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) que es aprobado por el Consejo de Ministros, para su posterior publicación, hecho que se materializa antes de la presentación del proyecto de ley de presupuesto público.
La puesta en escena del presupuesto público para su debate y discusión, tanto en el parlamento como con la sociedad civil e instituciones en el marco de la descentralización y socialización de un instrumento de primer nivel e importancia que delinea la orientación de política pública, prioridades sectoriales y probables riesgos en su implementación, que como todo presupuesto, tiene un espectro de su no realización en su integridad; entre ellos tenemos el tema de su financiamiento, y en un escenario tan complejo con suelo caliente afectado por una disputa política en todo momento (antes y después de la presentación y aceptación de confianza al gabinete ministerial) las probabilidades de éxito de alcanzar un PBI de 10.5 por ciento para este 2021 aceptado en el MMM 2022-2025, número prodigioso pues las estimaciones de crecimiento son tan optimistas en buenos términos, toda vez que es ligeramente mayor al 10.0 por ciento proyectado por el MEF a comienzo de año1, donde el escenario político no estaba tan cargado de nubarrones y no aparecía en el escenario político el partido de gobierno asentado en el palacio el 28 de julio. Para la CEPAL2 el crecimiento de nuestra riqueza (PBI) para este 2021 estará en 10.6 por ciento corrigiendo ligeramente sus proyecciones para nuestro país, que es una de las más robustas en América Latina y el caribe.
La incertidumbre política de los resultados de la primera y segunda vuelta, y un nuevo gobierno transitando por un camino accidentado y construyendo un puente maltrecho por una composición ministerial cuestionada y una diversidad de anuncios (dentro y fuera del ejecutivo) elevando la incertidumbre ciudadana y una respuesta inmediata del mercado de cambios; como respuesta, los principales productos listados en la canasta básica de consumo familiar comenzaron a sufrir modificaciones hacia arriba en sus precios, sobre todo el de energía y productos para la ingesta alimenticia.
Si la inflación es el enemigo número uno para cualquier gobierno, para las familias es un arma mortal porque le quita efectivo de su bolsilloen momentos en que la falta y pérdida del empleo e ingresos congelados o perdidos, están estresando a las familias y generando un insatisfacción social de reacciones insospechadas.
El anuncio del primer ministro de revisar la política salarial (con la intención de aumentar el sueldo mínimo) fue rechazado tácitamente por el ministro de economía. La presentación del presupuesto Público 2022 por el MEF, contiene potentes anuncios de política y anuncian un aumento de 7.6 por ciento mayor a lo asignado inicialmente en el 2021, con una ganancia de 1.84 porciento al promedio de los presupuestos aumentos de los últimos cinco años. En términos reales (deducido de la inflación3) el presupuesto anunciado y aumentado por el gobierno, llega a 2.7 por ciento, y si no se corrige las expectativas (negativas)hacia el gobierno nacional y una moderación de la clase política, es muy probable que al comenzar el años fiscal 2022, el presupuesto público sea neutro, es decir, no habría aumentado nada.
La distribución del presupuesto público 2022, tiene también sus demonios, como el de concentrarse en el gobierno nacional con el perjuicio de los gobiernos locales, con una disminución del 0.4 por ciento; y en esa misma línea nos encontramos que los gobiernos regionales verán disminuidos su participación respecto al presupuesto inicial del 2020.
Cuán descentralista es el presupuesto público 2022? Los anuncios de campaña y la postura política de gobierno en su declaración de política del 28 de julio y del 26 de agosto último, reflejaban un gobierno con claras tendencias populistas enfocados a los programas sociales y otros gastos sociales como su prioridad en primera línea, que es bueno para recuperar energías sociales (empleo e ingresos) perdidas por efecto de la pandemia; sin embargo, lo destinado para gastos de inversión y ejecución de obras bajó en menor proporción para el 2022 respecto al presente año fiscal; la lógica del gobierno es mayor gasto social y menos incentivos a la inversión pública (que estimula la inversión pública).
El presupuesto público 2022 tiene un fuerte componente recentralista; donde el gobierno nacional se convierte en un pulpo, aduciendo las limitaciones de competencia de los gobiernos sub nacionales; y les entrega una pastilla tranquilizadora: para los gobiernos regionales, les anuncia que en la etapa de ejecución les aumentara progresivamente sus presupuesto con s/5 mil 279 millones y para los gobiernos locales s/3 mil 543 millones; como si este mecanismo de transferencias adicionales no es una práctica usual de todos los años. Sería interesante que hasta el primer trimestre de 2022, el gobierno transfiera presupuestalmente estos s/8 mil 822 millones a los gobiernos subnacionales para que vayan programando sus gastos en la lógica que todo contratación pública no baja de los tres meses en su programación.