Fuente : Radio Ovación
Estuvo a punto de dejar la lucha el año pasado por un problema personal, pero el deporte que tanto ama lo salvó y le dio una gran motivación para continuar y cumplir con sus desafíos, tras lograr su clasificación a los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Si, se trata de Nilton Soto (67 kilos), quien ahora se prepara para el Panamericano de lucha en Argentina, en mayo próximo, y solo piensa en subir al podio.
«En 2022 tuve una crisis psicológica, porque las cosas no me estaban saliendo bien deportivamente. Sentía que me había estancado y eso me frustraba. Felizmente un profesional me ayudó y volví positivamente. Todo fue antes del Panamericano de México, donde justo conseguí la medalla de bronce y mi cupo a Santiago 2023», cuenta Soto.
A sus 25 años, también considera importante revivir el tiempo que tuvo que entrenar en casa debido a la pandemia, con el fin de estar listo para volver al ruedo. «Implementé en mi hogar varias cosas para entrenar por Zoom. Luego de forma presencial practicábamos con mascarillas y de a poco todo fue volviendo a la normalidad».
Pero Nilton no empezó su vida deportiva practicando lucha. Su primera diversión fue el fútbol, aunque al final, la disciplina que lo enamoró fue la misma que practicaban sus padres y algunos de sus familiares.
«De niño fui arquero y lo hacía bien, pero la lucha pudo más. No pude ver a mi padre competir, pero sí a su hermano, mi tío Arturo. Mi mamá Verónica también fue luchadora, y ese fue uno de los motivos para darme cuenta que llevaba este deporte en la sangre».
Como él reconoce, al principio le costó comenzar a entrenar, hasta que su papá tomó cartas en el asunto. «De niño le dije a mi ‘viejo’ que no quería luchar, pero llegó un momento donde solo iba al colegio y él me dijo que no podía quedarme en la casa sin hacer nada. Así que comencé a entrenar”, rememora.
Y así llegó el día de su primer combate. “Fui a un torneo a los 11 años y perdí en mi debut. Me quedé picón y me puse a entrenar para ganarle al que me había derrotado. A la siguiente lo vencí y luego otra vez él se impuso. Así le fui agarrando más el gusto y a partir de ese momento supe que este deporte era para mí”, indica.
Pero si la lucha es su amor deportivo, el corazón de Nilton late aún más por su hijo Rodrigo de 3 años y su esposa Carmen. «Ellos son mis dos motores de vida. Por ellos me esfuerzo cada día, por eso también estudio Educación Física y tengo un negocio de venta de ropa con mi pareja, quien también es luchadora y campeona universitaria en la categoría 57 kilos”, revela.
