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MEDICIONES OCEANOGRÁFICAS DESCARTAN UN “FENÓMENO DEL NIÑO DÉBIL” EN ESTA TEMPORADA

Docente e investigador de la Universidad Nacional Agraria de la Molina, Luis Icochea Salas,  consideró también que no debería suceder ninguna afectación física al Perú, y toda la Costa Norte, en particular, si nuestro país estuviese convenientemente preparado y con la infraestructura adecuada para afrontar este tipo de fenómenos climatológicos, como El Niño.   

RCR, 21 de enero 2019.- Las mediciones oceanográficas realizadas permiten vislumbrar que en esta temporada no ocurrirá un Fenómeno del Niño y, más aún, ni siquiera un denominado “Niño  Débil”, pronosticó el docente e investigador de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, Luis Icochea Salas.  

“Entonces, lo que estamos viendo hasta ahora es que parecía que iba a haber un Niño, pero los  vientos están permitiendo que esto no suceda y se haya disipado un poco…  Podría ser que no llegue ni a un Niño Débil… Esta vez, parece que no llega a Niño Costero, ni a Niño Débil”, subrayó.  

En todo caso, refirió que en el mundo hay cambios y fluctuaciones muy grandes “donde pueden haber días muy calurosos y muy fríos, en un mismo mes, que -al final- sale como dentro de lo normal”.  

El investigador no descartó entonces que se produzcan lluvias en la costa norte, producto de la situación estacional o de posibles trasvases, provenientes de la cuenca cordillerana opuesta. 

“Cuando al otro lado de la cordillera hay grandes lluvias, pueden suceder trasvases (a la costa) que significa que esas nubes cargadas pasan de esa parte de la cordillera al Océano Pacífico, y puede haber lluvias fuertes. Por ejemplo, Piura su promedio anual de lluvias es menos de 40 milímetros; que si llueven de golpe es fuerte, pero si llueve en muchas lluviecitas, no es fuerte”, apuntó.

Por ello, recomendó a la población de la zona norte costera y a las autoridades tener cuidado con los trasvases y que los ríos lleguen cargados, se salgan de su cauce y causen inundaciones no deseadas o roturas de carreteras. 

“Y en la parte del sierra y selva sí hay que tener cuidado porque aparentemente van a continuar dándose lluvias muy fuertes”, remarcó.   

Explicó que en estos momentos se registra un ligero calentamiento de las aguas del Océano Pacífico, el mismo que -anotó- “ha comenzado a disminuir”.

“Hay dos cosas: la temperatura tiene que subir, en verano. Y, aparte, es la anomalía. Cuanto más caliente o más frío es de lo normal. Esa calentura estaba subiendo y subiendo… Pero ahorita, lo que parecía que venía el Niño Débil, hace dos semanas se cayó… Pero tendría que esperarse dos meses más que vuelvan a calentarse. Y dos meses más es marzo”, especificó.            

En diálogo con Red de Comunicación Regional (RCR), Icochea consideró también que no debería suceder ninguna afectación física al Perú, y toda la Costa Norte, en particular, si nuestro país estuviese convenientemente preparado y con la infraestructura adecuada para afrontar este tipo de fenómenos climatológicos, como El Niño.

“Son lluvias que deberíamos de soportar y que deberíamos estar preparados para eso   Cuando hay lluvias del Niño no debería de pasar nada si estamos preparados. (Con infraestructura) como la hay en la selva del Perú, que hay drenaje. En el (resto del) país no lo hay. Vuelven a reconstruir las carreteras, todo bonito, pero ya sabemos que (sucede después de) una gran lluvia, en una pista que no tiene declives… Yo no sé por qué seguimos así, cuando ya sabemos hace más de un siglo que siempre van a suceder esas lluvias ocasionales, por suerte”, enfatizó.

Es muy difícil que se repita el Niño Costero

El director del boletín Círculo de Investigación de la Universidad Nacional Agraria La Molina (CIO-Challenger) tranquilizó igualmente a las poblaciones de las zonas costeras peruanas, principalmente del Norte, al señalar que “será muy difícil” que vuelva a repetirse, a corto plazo, un fenómeno de las características devastadoras del “Nino Costero” de 2017.       

“Ya que tocó el tema del Niño Costero, esa fue una gran energía de agua… Porque es todo un sistema del que se vacía la piscina, los vientos reaccionan, vuelven a acumular el agua al otro lado de Australia por el efecto de rotación de la tierra. Y, por eso, hay afloramiento de aguas frías, en la parte peruana. Y tienen que pasar muchos años -siete mínimo-, para que vuelva a haber algo de magnitud. Después del 2017, que vuelva a pasar algo así, (es) bastante difícil”, pronosticó.

El oceanógrafo pesquero destacó además el papel cumplido por las especies animales en la ocurrencia de estos fenómenos climáticos, como El Niño, La Niña, etc., especialmente por su capacidad de previsión de los mismos.    

“Las especies son las primeras que reaccionan, meses antes de que ocurra El Niño. Porque primero cambian las condiciones, a nivel sub superficial (de las aguas), o sea, hacia al fondo. Por ejemplo, la merluza se extiende hasta El Callao. Los langostinos de Ecuador comienzan a ingresar. Las anguilas grandazas (sic) de Ecuador se viene hacia el Perú. Eso es lo primero que avisa”, detalló.        

Sin embargo, el past-Decano de la Universidad Nacional Agraria La Molina, recalcó que no se ha dado ese aviso para la eventual ocurrencia de un Fenómeno de El Niño, en cualquiera de sus características.

Dijo que la ausencia de un Fenómeno como El Niño ha desfavorecido la presencia en mar peruano de algunas especies como el perico, cuya extracción ha bajado; mientras que el atún se mantiene “pero no en cantidades más de lo normal”.

“Otra especie importante en el Perú, que es la segunda, es la pota, que recién ha comenzado a aparecer en el Perú. En el caso de la anchoveta, se ha visto favorecida, después del 2017, con el Nilo Costero, vino el enfriamiento fuerte (de las aguas) que favorece la supervisión de larvas y, por ende, de las adultas. Y al acercarse las aguas (frías), y en el 2018, después de mucho tiempo, se va a llegar a los seis millones de toneladas, solo de anchoveta”, apuntó.  

El investigador informó igualmente que su boletín oceanográfico CIO – Challenger, que desarrolla en conjunto con un grupo de estudiantes de la Universidad de La Molina, analiza la data disponible existente en el Océano Pacífico, desde Australia al Perú, la misma que -dijo- es complementada con información del Instituto del Mar del Perú (IMARPE) y algunas embarcaciones marinas industriales, dotadas de equipos sofisticados.

“Cuando digo esa data, (es porque) tenemos información de todo el (Océano) Pacífico, en el caso de las boyas de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos), que es hasta los 500 metros de profundidad. Y ahora hay una maravilla que se llama los flotadores ARGO, que bajan cada cinco días, dan la temperatura en el punto donde están, hasta los 2 000 metros. Con eso, sabemos qué masa de agua hay. Cuánto hay más de anormal. Y vemos si cumple con el mecanismo de un Niño o si no es un Niño”, aseveró.    

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