Tony Mori Vargas, gerente de la Autoridad Regional Ambiental de Loreto, advierte que contaminación amenaza con destruir Área de Conservación Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira y Reserva Nacional Allpahuayo Mishana.
RCR, 20 noviembre 2019.- Las cuencas de los ríos Nanay y Napo de Loreto se encuentran en peligro de convertirse en nuevos emporios amazónicos de la minería ilegal, la prostitución, las mafias, el lavado de activos y el sicariato si es que el Gobierno central no toma medidas urgentes para detener el aumento creciente de focos de minería ilegal en dichas zonas, advirtió Tony Mori Vargas, gerente de la Autoridad Regional Ambiental del Gobierno Regional de Loreto.
“En el río Napo se están realizando actividades de minería ilegal desde hace tres años, pero al parecer hay varios actores que están coludidos en la zona. Esa situación no nos ha permitido realizar una acción eficaz y constante. La Policía, la Capitanía de Puertos y la Fiscalía en Materia Ambiental han sido actores importantes para poder seguir actuando en esa zona, lo mismo que en Nanay”, dijo el funcionario loretano a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Informó que “en los últimos meses ha sido importante la colaboración de las comunidades porque se han dado cuenta de que la minería ilegal afecta a sus familias con la contaminación con mercurio que existe en los ríos y los problemas sociales que trae consigo esa actividad como la delincuencia, la prostitución, alcoholismo y amenazas de muerte a los ciudadanos y al personal del Gobierno Regional”.
“Los miembros del Comité de Vigilancia del Alto Nanay nos han informado que los mineros ilegales andan con grupos armados de comunidad en comunidad para pedir permiso con engaños para realizar sus actividades ilegales. También extorsionan a los miembros de las comunidades que se niegan a darles un permiso, quienes no están de acuerdo son amenazados de muerte”, indicó.
Remarcó que “la situación es complicada porque existe una mafia y la gran preocupación que tenemos es que Loreto no se convierta en Madre de Dios 2, que Nanay y Napo no se vuelvan como La Pampa 2. Necesitamos la acción efectiva no solo del Gobierno Regional, sino de todos los sectores del Estado”. “Solos no vamos a poder enfrentar esta situación. Con los pocos recursos que tenemos es casi imposible luchar contra la minería ilegal. Necesitamos el apoyo del Ministerio del Interior, del Ministerio del Ambiente y de la Procuraduría”, puntualizó.
Destacó que “las personas claves en estas acciones han sido los miembros de las comunidades que están entendiendo que la minería ilegal no solo es un flagelo que afecta al ecosistema sino también a sus mismas poblaciones. Ellos nos han estado informando de este accionar y eso ha permitido que nosotros intervengamos a la minería ilegal”.
Reservas naturales en peligro
El funcionario loretano también advirtió que “en el río Nanay donde se realizan actividades de minería ilegal hay dos áreas naturales protegidas: una es el Área de Conservación Regional Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira y otra es la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana. La Policía Nacional y la Fiscalía también han intervenido en esta zona a personas que practicaban la minería ilegal y han sido puestos a disposición del Poder Judicial”.
“El domingo 10 de noviembre la Dirección de Capitanía de Puertos de la Marina de Guerra del Perú y la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental han intervenido tres dragas y se han detenido a seis personas que ahora están procesadas en el Poder Judicial. El domingo 17 han sido detenidas otras dos personas y han sido destruidas dos bragas en la comunidad de San Antonio del Pintuyacu. Esta intervención coincidió con una reunión que teníamos en un pueblo cercano que es Santa María de Nanay”, dijo.
Comentó asimismo que “el problema es que la cuenca del Nanay es bastante lejana y solo se puede llegar en río. Llegar allí toma un día de traslado en una embarcación fluvial de 150 caballos de fuerza. Intervenir estas dragas era complicado, porque los mineros ilegales tienen informantes ocultos que les pasaban la voz y no nos dejaban actuar”.
“Existe una red organizada de informantes que no permite que se realicen las intervenciones de manera adecuada, porque cada vez que llegamos a la zona ya no encontramos dragas y es como si les avisaran de nuestra presencia. Incluso hemos hecho sobrevuelos en busca de dragas, pero los esconden en la espesura del bosque. Lo que pasa es que ahora ya no se usan las dragas convencionales que son grandes sino dragas pequeñas conocidas como peque-dragas”, precisó.
Explicó que “en Loreto hay una ordenanza regional del 2012 que prohíbe toda actividad minera en los ríos. Sin embargo, la actividad minera ilegal sigue creciendo con el tiempo y las autoridades en estos últimos cinco años no han hecho nada. Ahora el problema es mucho más grande y la presión que ejercemos sobre esta actividad es cada vez mayor pero no podemos actuar solos. Necesitamos el apoyo de la sociedad civil para que pueda hacer mucho más presión para que todos los sectores del Estado se involucren”.
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