Ántero Flores-Aráoz hizo un llamado a los distintos sectores políticos a concertar buscando el bienestar del país. “El Perú no se termina con un indulto”, afirmó.
RCR, 27 de diciembre 2017.- La polarización que existe en el país por efecto del indulto humanitario otorgado por el Jefe de Estado, Pedro Pablo Kuczynski, al encarcelado ex presidente, Alberto Fujimori, se está agravando, armando un despelote que paraliza las inversiones y afecta el empleo. Se tienen que calmar los ánimos y aceptar el perdón que se ha brindado, porque está dentro de nuestra doctrina cristiana, afirmó Ántero Flores-Aráoz, ex Congresista de la República.
A través de RCR explicó, que el indulto es una prerrogativa presidencial que está escrita en nuestra Constitución, y si bien el presidente puede haber cambiado de opinión, “solo Dios y los imbéciles no cambian”.
Precisó que el presidente debe “poner las barbas en remojo” y comenzar a gobernar cumpliendo las promesas que hizo y no ha cumplido, como destrabar un buen número de proyectos de obras públicas, mejorar la regulación en el país, fortalecer la formalización, y facilitar el ingreso de mayor inversión privada.
El también ex ministro de Defensa, fue crítico con el presidente Kuczynski por haberse desvinculado de la gente que lo eligió, y rodearse de un entorno sectario y tecnocrático que, en la práctica, no lo ha dejado gobernar
En esa línea, Flores-Araoz mencionó que entre las obras prioritarias que debe reemprender el gobierno están los proyectos de reconstrucción de las zonas afectadas por el Niño Costero en el norte del país.
“En el tema del fenómeno de El Niño Costero, se inició con rapidez de gacela, pero poco a poco se ha seguido con la pausadumbre de una tortura y coja de dos patas. Se tiene que iniciar un diálogo con el Ejecutivo para hacer una relación de las cosas que son urgentes y se tienen que enfrentar, elaborando un cronograma para que salgan lo más rápido posible. Tenemos que concertar buscando el bienestar del país”, sentenció.
Hizo un llamado a los jóvenes del país para que “tomen agua de azahar” y se calmen, evitando confrontaciones y marchas sin razón y que a nada conducen.
“El Perú no se termina por un indulto. Seamos cristianos también en el perdón, es una de las partes esenciales en el catecismo de nuestra religión cristiana, y ya no estén pidiendo que se flagele al presidente. Es cierto, el país necesita reconciliación”, concluyó.