Fuente: Publimetro
La presidenta del Partido de los Trabajadores de Brasil, Gleisi Hoffmann, dijo que su intención es “llevar el apoyo del PT al pueblo venezolano”.
Brasilia. La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Gleisi Hoffmann, viajó a Caracas para asistir hoy a la toma de posesión del mandatario Nicolás Maduro, en la que el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro no estará representado.
Hoffmann, senadora que preside el mayor partido de la oposición brasileña, que tiene como líder al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en la cárcel por corrupción, dijo que su intención es “llevar el apoyo del PT al pueblo venezolano”.
Mientras estuvo en el poder (2003-2010), Lula mantuvo un firme apoyo al Gobierno de Hugo Chávez y, una vez que el líder venezolano falleció, ese respaldo personal y del propio PT fue heredado por Maduro.
Según la senadora, su presencia en la investidura de Maduro, que no será reconocido como presidente por Brasil y otros países, es también para denunciar “la posición agresiva del Gobierno de Bolsonaro contra Venezuela”, que “es contraria a la tradición diplomática” del país.
En un mensaje divulgado en la página del PT en internet, Hoffmann expresó que “dejará claro” que esa formación “no concuerda con las políticas intervencionistas y golpistas incentivas por Estados Unidos, con la adhesión del actual Gobierno brasileño”.
A diferencia de Bolsonaro y buena parte de la comunidad internacional, el PT “reconoce el voto popular por el que Nicolás Maduro fue electo, conforme a reglas constitucionales vigentes (en Venezuela) y enfrentando candidaturas legítimas de la oposición democrática”, señaló la senadora brasileña.
La visión del partido de Lula se enfrenta a la postura adoptada por el Grupo de Lima y decenas de países, que han anunciado su antemano que no reconocerán la legitimidad del nuevo mandato que iniciará Maduro hoy mismo.
El Grupo de Lima, formado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, aprobó la semana pasada, con la única excepción de la delegación mexicana, una declaración en la que anunció que esos países no reconocerán al nuevo Gobierno de Maduro.
Además, instaron a Maduro a no asumir un nuevo mandato, porque las elecciones del pasado mayo carecen de “legitimidad”, al no haberse garantizado la participación de todos los actores políticos ni la presencia de observadores internacionales independientes.
Este último punto fue propuesto por el canciller brasileño, Ernesto Araújo, quien luego declaró que la decisión del Grupo de Lima supone una “oportunidad” para que Maduro abandone el poder con “un mínimo de dignidad”.
Tanto Brasil como la mayoría de los países de América Latina, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han decidido no enviar representantes a la investidura de Maduro.
Según la cancillería venezolana, en los actos se espera la presencia de cinco mandatarios, cuatro de ellos de América Latina.
Son los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega; Cuba, Miguel Díaz-Canel; y El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; a quienes se unirá Anatoli Bibílov, mandatario de Osetia del Sur, un país no reconocido por las Naciones Unidas.