RCR, 12 de junio de 2023.- Pablo de la Flor, comentarista de RCR, destacó que la preferencia de la mayoría de los peruanos se ubica en el centro político. Precisó que la extrema izquierda se niega a reconocer los beneficios del modelo económico, mientras que la extrema derecha rechaza el rol del Estado en asuntos como la educación.
“Lo interesante de todo esto, sin embargo, es que las preferencias de los peruanos se ubican en el centro, con los extremos en realidad logrando una minoría muy minúscula de la población. A pesar de ello, sin embargo, son estos polos extremos los que dominan el debate público. El centro político que debiera ser dominante aparece casi huérfano de voceros y partidos que articulen sus mensajes con la contundencia y vehemencia requerida”, dijo en la secuencia “El vigía” de RCR.
Señaló que el país está en un proceso de polarización muy marcado. “El deterioro de nuestras instituciones es el caldo de cultivo del que se nutren estas visiones extremas del país, que se vienen enfrentando a lo largo de los últimos años. En ese proceso se imponen los discursos extremos, descalificadores, la consigna y todo aquello que lo que síntesis busca es descalificar al otro. Lo que nos separa lamentablemente prevalece sobre lo que nos une. Los extremos buscan legitimar su propio discurso a partir de versiones antojadizas interpretaciones antojadizas de la realidad, como si la misma admitiera datos alternativos”, indicó.
“Por ejemplo, a pesar de que la evidencia muestra lo contrario, desde la extrema izquierda se pretende descalificar la experiencia de crecimiento del país argumentando que la misma ha sido inequitativa y excluyente. En ese cometido, se niegan a ver y reconocer las bondades de un esquema que privilegió la inversión privada sobre el quehacer público, porque la misma interpretación resulta instrumental para su prédica antisistema”, expresó.
Señaló que lo mismo viene ocurriendo con la extrema derecha. “Su preocupación tiene que ver con la extensión de derechos a comunidades que hasta hace muy poco eran excluidas en función de sus orientaciones y el rechazo a la injerencia del Estado en ámbito considerados potestativos de la vida familiar, como la educación sexual de los niños. Estos temas se han convertido en las principales líneas rojas y ejes a partir de los cuales se ha articulado una transformación o se pretende articular una cruzada de transformación cultural”, afirmó.
“Lo menos importante del lado y lado se invalidan y tachan vocerías, se descalifican a quienes crimen posturas contrarias en un espiral de intolerancia que imposibilita el diálogo y promueve el enfrentamiento”, declaró.
Manifestó que, si queremos construir una democracia funcional y representativa, capaz de canalizar y responder eficazmente a las demandas ciudadanas, resulta fundamental atajar cuanto antes esta dinámica de polarización y evitar que la misma siga avanzando con su prédica de intolerancia. “La deliberación democrática exige el respeto y reconocimiento de los otros como adversarios y no como enemigos a los que se debe enfrentar sin miramientos y sin apego a las reglas de juego”, subrayó.
