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LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL POLÍTICA DE LA FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER

Fuente: El Montonero 

Antes de 1968, el hoy y el mañana.

Hace poco la Fundación Konrad Adenauer, (KAS), del Partido Demócrata Cristiano de Alemania (CDU) de la Canciller Ángela Merkel, conmemoró sus 50 años de acción en el Perú. Manifesté a un amigo que escribiría sobre los años anteriores, los años sesenta, en que dicha Fundación trabajó en el Perú y nuestra América. Repasemos aportes que merecen ser rescatados. La KAS, Hermann Pazeller era uno de sus delegados, apoyó la formación de líderes, pocas mujeres a escala latinoamericana y caribeña, mediante del Instituto de Estudios Políticos (IDEP), el IFEDEC y el CENADEC. Veamos.

El IDEP tuvo sede en Chile, dirigido por el jurista y filósofo defensor de Derechos Humanos Jaime Castillo Velasco. Ahí se evidenciaron las tres tendencias de la DC chilena: PDC de Frei y Tomic, el MAPU y la Izquierda Cristiana. Desde Caracas actuó el Instituto de Formación y Estudios Demócrata Cristiano (IFEDEC), liderado por el ex presidente Caldera, Calvani y Pérez Olivares. Sus cursos fueron excelentes: combinaban, incluyendo perspectivas comparadas, doctrina social católica, ciencia política, historia social, metodología de la educación e investigación, aplicadas a la acción política.

En el curso que hice también fue conferencista el Profesor Bernhard Vogel líder histórico de la KAS y la CDU, cuyo hermano lo fue del Partido Social Demócrata (SPD). Entre mis “promocionales” cuento a Adolfo Pérez Piera, del Frente Amplio y ex intendente de Montevideo. En los seminarios del IDEP destacaban Franz Hinkelammert, Norbert Lechner, Gustavo Lagos Matus, quien más tarde (junto con Marcos Kaplan) fue uno de mis cercanos profesores en la FLACSO. Entre el Perú, Venezuela y Chile, reforcé escribir, exponer y dialogar lo que pensaba.

Pasemos al CENADEC. IFEDEC e IDEP y cursos en Alemania, a donde nunca fui, cofundaron el Centro Andino de Estudios y Capacitación del Perú, Bolivia y Ecuador, CENADEC. Fue antes de la separación del PPC de la DC y de la separación de la DC de la gran mayoría de la Juventud DC y otros sectores, para crear, en 1971, el Movimiento Socialista Comunitario (MSC), de efímera existencia. El CENADEC, antes de la segunda división de la DC, albergó las tendencias peruanas (seguidores de Cornejo Chávez y no “cornejistas”, mi caso), ecuatorianas (lideradas por el presidente Oswaldo Hurtado) y bolivianas, muy divididas. Estas divisiones y fracciones, así como otros factores sociales, sicológicos y morales, llevaron al definitivo declive del PDC, hoy inexistente. Parecido devenir tuvo el Partido Socialista Revolucionario (PSR); parte importante de su núcleo histórico fundacional fue de ex DC y ex generales de los Cursillos de Cristiandad, como Jorge Fernández Maldonado, senador por Moquegua durante la IU.

Volvamos a los sesenta. La KAS, junto con otras fundaciones, como Misereor (de los obispos alemanes), apoyó una ciudadanía democrática y el Estado constitucional de derecho así como la economía social de mercado con planificación, mediante información, educación y financiamiento de investigaciones universitarias y de las primeras oenegés, como DESCO. Esta institución, resultó de la conversión del Instituto de Promoción Humana, IPH, fruto del movimiento internacional, animado por Lebret y compañeros, quien tuvo una influencia notable en las Encíclicas Papales Mater et Magistra y Populorum Progressio del período fermental del Concilio Vaticano II y de las teologías y filosofías de la liberación. Hubo filiales en Nicaragua, Honduras, Panamá, Guatemala, Chile, Brasil y Uruguay; allí con frutos duraderos, como el Centro Latinoamericano de Promoción Humana, CLAEH, debido a dirigentes como Juan Pablo Terra, hoy Universidad, junto con un Partido DC fundador y parte del gobernante Frente Amplio de Mujica y Vásquez.

Recapitulando. Los convencidos de una expresión más abierta a las izquierdas moscovita y castrista en toda América Latina, se apartaron de manera creciente de la corriente social cristiana para devenir católicos socialistas o simplemente socialistas. También el Movimiento Sindical Cristiano (MOSICP) en Perú, despareció después de la derrota del velasquismo porque muchos de sus pocos líderes apostaron a ese proyecto de gobierno y de país.

La expresión católica en el sector universitario, la UNEC, recibió otros apoyos y ya en los sesenta distintos miembros y dirigentes, mujeres y varones, se alejaron de la corriente política social cristiana, deviniendo en grupos y partidos socialistas diversos y algunos en un “comunismo revolucionario” opuesto al Partido Comunista Peruano (PCP). En lo gremial los Frentes Estudiantiles Social Cristianos (FESC) y su dirigencia (COFESC), se nutrieron inicialmente del PDC y la UNEC.

La división de la Izquierda Unida, IU, en el Congreso de Huampaní, también halló divididos a líderes católicos ex DC, de las tendencias mencionadas, junto con otras manifestaciones de las izquierdas socialistas, leninistas y no leninistas. Esa fractura llegó a su culminación cuando Henry Pease, ex DC, candidato de IU, sacó más votos que su líder histórico, Alfonso Barrantes, ex aprista y luego socialista independiente de los partidos comunistas.

Pienso que la KAS ha tenido una notable adaptación hacia actores políticos y económicos del centro hacia la derecha, manteniendo una vocación de cooperación internacional con un patrimonio doctrinal humanista de neta inspiración cristiana, que hoy incluye campos que de hecho se muestran en tensión u oposición con otros de su legado. Sus aportes, incluida la lucha por derechos de las personas mujeres y varones, basados en el reconocimiento del derecho natural de origen laico o religioso, no puede confundirse con respetables posiciones o modas contemporáneas.

Desde el Uruguay, Bolivia, el Perú y el Brasil vienen sus contribuciones en relaciones internacionales, integridad y transparencia, estado constitucional de derecho, democracia digital, estudio de movimientos religiosos políticos y viceversa y apoyo a pueblos indígenas. Estimo que a partir de ello y del gran tema “merkeliano” del cambio climático y la “Laudato, Si”, se esperaría una actualización de la economía social de mercado con planeamiento y centralización-descentralización para ayudar a la construcción de un moderno Estado con independencia, autonomía y soberanía sostenibles.

Escribí en junio de 2011, rebotado en Chile: “Cerca del bicentenario republicano, no estamos lejos de la sociedad colonial y contamos con pueblos sometidos. Esta es la base de la compleja sociedad peruana. El Estado recién está por consolidar sus fronteras, sus elementos —pueblo y sistema de gobierno— han crecido y se han diversificado. La soberanía resulta esencial para un mejor destino y posición en la mundialización, pero no interesa al bloque de actores políticos que buscan consolidar su hegemonía a través del control de la prensa, la institucionalidad, el crecimiento económico con desigualdad y la insostenibilidad ambiental y de recursos naturales, aunque en parte hagan planteamientos verdes. La propensión a la exclusión y la violencia que socava las bases de los Derechos Humanos y su realización es esencial a su «modelo»….

el Presidente deberá: … – mantener una movilización social para la participación ciudadana y la efectividad de las decisiones de cambio…..- gobernar y administrar inmediatamente el sistema de economía y finanzas…..- lograr no solo cuentas claras y correctas, sino dinero disponible para el gasto y la inversión pública en los tres niveles de gobierno, porque parte importante, quizá decisiva de la satisfacción de necesidades y de expectativas crecientes e insatisfechas, está en el lugar donde vive la gente.

…implementar grupos de tarea para hacer que se haga muy bien e inmediatamente la ejecución de proyectos minero energéticos, y otros vitales, de presupuestos públicos, de asociaciones público-privadas diversas, contratos NEC, y diálogo con las organizaciones que participan en política cotidiana. Es más que urgente definir lineamientos y directrices de economía sobre las interrelaciones entre minería, agricultura, pesca, agua, hidrocarburos, energía, entre extracción y transformación: el país no puede continuar viviendo entre apologetas y extremistas neoliberales o anti industrias extractivas por principio y definición.

Todo eso tropieza con presiones desde afuera, desde arriba y desde abajo: los maximalistas creyentes y operadores del «modelo»; de la corrupción y de seguridad de ganancias del capital por sobre el Perú y los peruanos. Los maximalistas que no han sabido hacer otra cosa que el discurso y la práctica del «no», los que buscan el beneficio particular que es inherente a la cultura del asistencialismo privado y del Estado.

No menos importante es la demanda por puestos y encargos. De un presidencialismo omnipresente hay que pasar a una nueva «alta dirección» del Estado para la participación ciudadana en la seguridad integral, la defensa y el desarrollo, no solo crecimiento…Un Perú mejor que el «modelo» que sus beneficiarios quieren perpetuar”. Aún no había reconstrucción pendiente ni mega tormentas teleguiadas.