Gobierno regional y municipios van a recibir ingentes recursos fiscales que tienen que saber administrar para garantizar a mediano plazo el desarrollo social y bienestar de los apurimeños.
Con sus grandes recursos mineros Apurímac tiene el dilema de elegir entre el desarrollo como Moquegua o la pobreza como Cajamarca y Pasco.
RCR, 07 de octubre de 2016.- El crecimiento de la economía de Apurímac en el segundo trimestre –un extraordinario 266%- se debe principalmente a la consolidación y expansión del proyecto minero Las Bambas, lo que permitirá que el PBI de esta región pasará de último a décimo lugar entre todas las regiones del país, destacó Víctor Fuentes Campos, economista principal del Instituto Peruano de Economía (IPE).
En entrevista a RCR, Red de Comunicación Regional, el especialista dijo que este crecimiento tan alto tiene su explicación en el hecho de que el Producto Bruto Interno (PBI) de Apurímac vale más o menos 2,600 millones de soles en tanto que solamente Las Bambas vale aproximadamente 4,200 millones de soles, proyecto minero que en su máximo nivel de operaciones vale aproximadamente 1.5 veces el PBI completo de esta región.
En efecto, el informe del Indicador Compuesto de Actividad Económica (ICAE) del IPE correspondiente al segundo trimestre del 2016 en las regiones del país, señala que la tasa de crecimiento de Apurímac (266%) marca un récord nacional y es principalmente atribuible a la fuerte expansión del sector minero a raíz de la extracción de cobre en el proyecto Las Bambas y, en menor medida, a los concentrados de oro en la mina Anama.
El empleo formal en la ciudad de Abancay registra un fuerte crecimiento por tercer trimestre consecutivo, que se debe a la mayor demanda laboral de los sectores transporte, almacenes y comunicaciones (30.4%) y servicios (14.4%). Asimismo, las ventas de electricidad en la región continúan creciendo a una tasa muy elevada (45.4%)
El crecimiento estimado respondería a las características de la economía de Apurímac. En el 2015, el PBI de la región fue de S/. 2,628 millones, lo cual representó tan solo el 0.5% del PBI nacional. En el 2016, solo la producción de Las Bambas añadiría aproximadamente S/. 4,160 millones al PBI de Apurímac. Es decir, dada la magnitud de dicho proyecto, el PBI apurimense se multiplicaría 2.6 veces. Con ello, la participación del sector minero en dicha región se elevaría de 10% en el 2015 a 63% en el 2016.
Fuentes Campos, explicó que el ICAE es un esfuerzo del IPE por evaluar cómo se comportan las regiones de manera trimestral a partir de algunos indicadores clave en cada región, mientras que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) solamente indica cifras anuales con un rezago muy pronunciado.
El extraordinario crecimiento trimestral en Apurímac y el consolidado de 2016 será un récord nacional y esto responde a que el proyecto Las Bambas –el más grande en la historia reciente del país- es determinante en una región con una población y economía pequeñas como Apurímac, explicó.
Comparativamente, refirió, proyectos mineros de gran envergadura en otras regiones, como la expansión de las operaciones de Cerro Verde en Arequipa, fue determinante para su crecimiento económico (por encima de 30%) pero no tuvo una dramática incidencia en la expansión de su PBI -como lo ha hecho Las Bambas en Apurímac- porque se trata de una región con una población y economía grande; igualmente, sucedió con el proyecto Toromocho en Junín; y los proyectos Constanza y Antapaccay en Cusco que también es una región grande además con canon gasífero e importante actividad turística.
Sostuvo que, en el futuro con la entrada en operaciones de otros proyectos mineros el crecimiento económico en Apurímac será muy fuerte pero no será tan grande como aquel generado por Las Bambas porque se espera que la región ya habrá registrado un importante desarrollo.
La publicación del IPE, refirió, destaca tres aspectos fundamentales: la primera es que la minería es un factor clave para el desarrollo del país de la mano con el aprovechamiento de todos los recursos existentes a través de la diversificación productiva porque la minería “es como el futbolista Messi: no puedes tenerlo sentando en la banca porque en la cancha hace que juegue el resto del equipo”.
En ese tenor, subrayó que la actividad minera tiene que garantizar los más altos estándares ambientales, exigencias que precisamente el proyecto Las Bambas cumple en Apurímac.
El segundo aspecto se refiere a que los recursos que genera Las Bambas se va a traducir en dos etapas: en el corto plazo el PBI per cápita de la región va a dejar el más bajo del país para ser aproximadamente el décimo más alto, se tratará de “un salto impresionante”.
Esto significa que se está generando las condiciones para que a mediano plazo el desarrollo social y el bienestar de Apurímac mejore de manera significativa porque los gobiernos regionales y locales van a recibir una cantidad importantísima de recursos fiscales que tienen que saber administrar, recursos que se convertirán en un gran desafío en políticas públicas por parte de estas autoridades.
Al respecto, comentó que los gobiernos sub nacionales del país son los principales responsables de lo que ocurre en sus respectivas regiones porque administran más del 50% del presupuesto disponible, en esa línea, en Apurímac existe el problema de que el gobierno regional y los municipios no gastan todo lo que podrían y de lo que desembolsan no se tiene certeza de la calidad del gasto.
El tercer punto es la necesidad de que la población y autoridades de Apurímac se planteen si quieren seguir el camino de Cajamarca o Pasco, regiones que son eminentemente mineras pero que no han sabido aprovechar sus recursos y se hallan sumidas en la pobreza o si optan por seguir el ejemplo de Moquegua, región también minera que es una de las más competitivas del país y quizás con el mejor rendimiento educativo nacional en una apuesta a largo plazo.
Recordó que Cajamarca, que ha tenido importantes reservas mineras y en los últimos años las inversiones en este rubro han caído de manera significativa debido a los conflictos sociales y rechazo a esta industria, es la región más pobre y menos competitiva del país, con los indicadores de salud más bajos, con una mínima inversión económica y social, situación que se ha agravado con casos de corrupción (que involucran directamente al ex presidente regional Gregorio Santos).
En ese tenor, el economista Senior del IPE insistió nuevamente que el país tiene que aprovechar todos los recursos que se puedan explotar y producir con el objetivo que el resto de sectores -principalmente el rubro agrícola- se desarrolle y comentó, que esta actividad económica en Cajamarca es una de los menos productivas de país, involucra más del 50% de la Población Económicamente Activa y, en consecuencia, está relacionada a la alta incidencia de la pobreza en esta región.
Sostuvo que el IPE considera que el Estado, además de ser responsable de la provisión de servicios básicos, debe ser un ente regulador que promueva la inversión privada y acompañe los proyectos, siempre en beneficio de la población.
Dijo que siempre van a ver algunos conflictos sociales y políticos relacionados con los emprendimientos mineros y esto obedece en gran parte a que el Estado no tiene la capacidad para poder prevenir y manejar adecuadamente los conflictos.
Sentenció, que en la medida que el Estado sea más eficiente y tenga una mayor preocupación por prevenir antes que solucionar los conflictos sociales, los siguientes proyectos mineros que se hallan en cartera se van a desarrollar con mejor ritmo y van a generar una mejor distribución de recursos en la medida que los gobiernos sub nacionales ejecuten el gasto de manera adecuada.