Se estima que son más de 55 millones de hispanos los que viven en Estados Unidos, y que el 12% de estos están habilitados para elegir a Hillary Clinton o a Donald Trump. Sin embargo, históricamente es muy baja la participación de la comunidad latina en elecciones en Estados Unidos.
En Estados Unidos viven 55 millones de latinoamericanos, y 27.3 millones de ellos están habilitados para votar, el 12% de todos los ciudadanos que pueden elegir en el país. Según la Asociación Nacional de Latinos Electos (NALEO), 13.1 millones votarán este martes 8, aunque la encuestadora Latino Decisions piensa que la cifra de hispanos que acaben ejerciendo su voto podría llegar a los 14.7 millones, lo que sería un récord.
Sin embargo, los latinos podrían decepcionar a la demócrata Hillary Clinton, quien busca su respaldo para vencer al republicano Donald Trump.
Por ello, habría que tener en cuenta los siguientes datos. El diario El País de España recuerda que históricamente la comunidad latina es la que menos ha participado en las elecciones de Estados Unidos. En el 2012, la participación electoral hispana fue de 48%, frente al 67% de los afroamericanos acudió a las urnas, y el 64% de los blancos.
Se supone que en esta oportunidad será más el número de migrantes latinos los que votarán, animados por líderes populares como la actriz mexicana Salma Hayek, quien los ha instado a votar para demostrar que tienen voz.
El País recoge declaraciones del director ejecutivo de Naleo, Arturo Vargas, quien asegura que en estas elecciones hay un “gran entusiasmo” entre los hispanos para acudir a votar. Así, un 78% de los encuestados para su último estudio, presentado en octubre, se declaró “casi seguro” de que irá a votar.
El segundo detalle que se debe tener en cuenta respecto a lo decisorio que podría ser la participación de los latinos en las elecciones de Estados Unidos es que el 52% de esta población se concentra en estados que no son claves para los intereses de los postulantes.
Así, cerca de 15 millones viven en California, en Texas poco más de nueve millones y 3.5 millones en Nueva York. Quizá el caso más significante sea el de Florida, uno de los estados esenciales para los candidatos, y donde el 60% de la población es hispana.
¿Cuánto importa el voto hispano?
El cálculo generalizado es que cualquier candidato necesita algo más del 40% del voto latino para vencer. Obama en 2012 obtuvo el 71% de los votos hispanos, frente al 27% de su rival republicano, Mitt Romney.
En su último recuento, a cinco días de las elecciones, la encuestadora Latino Decisions situaba la intención de voto de los hispanos en 79% a favor de Hillary Clinton frente al 18% de Trump. La del Pew Hispanic es algo más modesta, pero también deja claro que la candidata demócrata mantiene una cómoda ventaja entre el voto hispano frente a su rival republicano: 58% frente a 19%.
¿Dónde vale más?
La Casa Blanca se juega en un puñado de Estados que son los que pueden inclinar la balanza el 8 de noviembre, y en varios de ellos los hispanos tienen un peso significativo: En Florida constituyen el 18% del electorado y en Nevada el 17%. Iowa y Carolina del Norte se perfilan este año como potenciales Estados disputados y ahí los hispanos, aunque solo suman el 5% de los votantes, podrían marcar la diferencia, al igual que en Ohio, otro Estado péndulo tradicional. En todos ellos, la intención de voto hispana es abrumadoramente demócrata, según Naleo.
Arizona no entraba hasta ahora en la cuenta porque, a pesar de tener una fuerte presencia hispana – el 21.5% de los ciudadanos con derecho a voto son latinos – es un estado tradicionalmente republicano.
Ahora, se cree que se podrían cambiar las tornas y los hispanos de Arizona, el 70% de los cuales se declaran demócratas, frente a un 18% que se dicen republicanos, podrían ser los que acaben con el “reinado” republicano.
No obstante, en Estados Unidos no se puede anticipar quién puede ganar las elecciones, pues los sondeos son imprecisos. En las elecciones norteamericanas el margen de error de una encuesta se ha estimado en siete puntos, mientras que en Perú ese margen es de apenas tres puntos.
Fuente: Diario Gestión