RCR, 26 de agosto de 2020.- José Luis Gil Becerra, exjefe de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digemin) y exmiembro del Grupo Especial de Inteligencia (Gein), señaló que un grupo de delincuentes provocaron la tragedia de Los Olivos. Explicó que los hampones aplastaron contra la puerta a varios parroquianos y atacaron a botellazos a los policías, para fugar de la discoteca clandestina Thomas, debido a que tenían requisitorias por diversos delitos.
“El detonante de esta circunstancia fue que entre los detenidos y fallecidos había por lo menos seis personas que tenían requisitorias y antecedentes policiales por robo, hurto, narcotráfico, violación y tráfico de armas. De estas personas un porcentaje tenía antecedentes, de esas 120 personas obviamente un buen porcentaje estaba al margen de la ley”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
“Los delincuentes que tienen estas requisitorias se dieron cuenta que este operativo no era rutinario, sino que los iban a cargar a todos. Presionan a los grupos de varones para que bajen por las escaleras para tomar la calle y agreden a los policías a botellazos, ellos son los que detonan estas circunstancias que no debió pasar. Se ha demostrado que no ha habido una sola bomba lacrimógena, ni incendio alguno, pero las ganas de huir del lugar, de salir despavoridos, era porque es gente al margen de la ley”, indicó.
Comentó que “la gente decía que huyen como si hubiera un incendio y adentro no se quemaba nada, huyen como si hubiera bombas lacrimógenas, como si se iban a ahogar”. “Era falso, porque no era esa la razón de la huida desesperada, sino porque iban a ser detenidos o intervenidos. Incluso, algunos han intentado huir por las ventanas, sin haber humo, sin haber fuego”, dijo.
“Según las imágenes, uno se da cuenta que hay un policía que era aplastado contra la puerta, no muere porque estaba con toda su capacidad física para respirar y para resistir el aplastamiento. Pero las mujeres que estaban al inicio de la puerta estaban con un alto nivel de ebriedad y cuando alguien está en ese estado puede perder la conciencia y la capacidad de supervivencia. Es difícil que hayan sobrevivido a un aplastamiento por el estado etílico en el que se encontraban”, expresó.
Manifestó que hay que analizar de manera minuciosa que es lo que ha pasado aquí para no echarle la culpa a los que no debemos, como tantos políticos que han salido, que por querer tumbarse al presidente Vizcarra, quieren echarle la culpa a la Policía. “Rechazamos la lógica perversa de castigar la función policial y relativizar la informalidad del delito y la transgresión de las normas. No podemos hacer eso”, puntualizó.
Denuncia vecinal y respuesta policial
Gil Becerra subrayó que el operativo en la discoteca clandestina se realizó de manera correcta, porque respondía a una denuncia vecinal en plena patrulla policial. “En este caso hemos tenido un operativo, como se dice en términos militares, con un blanco de oportunidad. La población denuncia, el capitán Amézquita va con un grupo de 13 personas. El oficial toma la iniciativa correcta, puso dos hombres abajo, puso contingentes de refuerzo y subió a verificar con tres. Apagan la música, la gente estaba mareada y comienzan a clasificar a hombres y mujeres”, agregó.
“Hay que diferenciar. Una operación es una actividad planificada que tiene inteligencia, tiene coordinaciones con el Ministerio Público, pero los operativos son circunstanciales. El capitán es un oficial que sale a patrullar para controlar el orden público. Un vecino le dice acá hay una fiesta, verifica que hay un delito y toma la decisión. Qué bueno que tengamos oficiales que tengan iniciativa, que cumplan con lo que se debe hacer. No hubo planificación previa porque este es un operativo que sale de la calle, de la denuncia pública. Necesitamos oficiales de este tipo”, aclaró.
Enfatizó que hoy en día la Policía y las fuerzas de seguridad tienen que internalizar que la pandemia plantea nuevos retos de seguridad para la ciudadanía. “Ya la ciudadanía está amenazada por terrorismo, narcotráfico, conflictividad, criminalidad, corrupción, etcétera, pero hoy el COVID plantea nuevas necesidades de seguridad. Por ejemplo, la población ya no solo le teme a la criminalidad, sino que ahora le teme al contagio”, aseveró.
“Si se dan este tipo de fiestas y eventos, requiere de una respuesta estratégica de la autoridad y si esta actividad de inteligencia estratégica, que la Policía pueda hacer llega a tener una visión general de donde están los focos o los problemas, viene este tipo de estrategia que es el emplazamiento y el desplazamiento. No es cuestión de mandar a patrullar, sino a patrullar o hacer operativos y operaciones en lugares específicos para tomar el control que la Policía requiere”, subrayó.
“La inteligencia policial no solo debe ser para capturar a los delincuentes y a los que nos amenazan, la inteligencia debe ser también para prevenir. Tenemos que mejorar la capacidad de respuesta. En Estados Unidos vemos que en cualquier lado no hay policías, pero si pasa algo en un lugar en menos de 3 minutos tienes 30 patrulleros en los alrededores. Todo el sistema de emergencia debe unificarse, para que en una sola llamada todo el sistema funcione”, remarcó.
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