Fuente : Agencia Andina
La edición 2020 proyectará cuatro de los 56 filmes que integraron su selección oficial.
Sin grandes estrellas ni aglomeraciones alrededor de su alfombra roja: el Festival de Cannes inaugura este martes una edición simbólica y efímera, que cinco meses después de su tradicional cita en la Costa Azul, anulada por la pandemia, es ante todo una reivindicación de que el cine resiste a la crisis.
El cambio de rumbo en este año insólito comenzó el pasado 19 de marzo, cuando el certamen anunció que se veía obligado a aplazar su encuentro de mayo por la situación sanitaria, que en ese momento había registrado en Francia 372 muertos por coronavirus y casi 11.000 casos confirmados.
Actualmente el país supera los 35.000 fallecimientos y el 1,1 millones de positivos, y esta celebración se produce después de que sus organizadores acabaran apostando en abril por una edición sin palmarés, con un sello especial que acompañara a las películas en sus estrenos y esta cita de tres días, que concluye el jueves.
Este Cannes 2020 proyectará cuatro de los 56 filmes que integraron su selección oficial. La cinta «Un triomphe», del francés Emmanuel Courcol con Kad Merad como protagonista, inaugurará este martes la fiesta. El festival también preestrenará «Les Deux Alfred», de Bruno Podalydès; «True Mothers», de Naomi Kawase, que participó en el último Festival de San Sebastián, y la gran triunfadora en ese certamen español, «Beginning», de Dea Kulumbegashvili.
Abierto al gran público
El gran público sustituirá en esta ocasión a los periodistas y críticos acreditados, ya que estas sesiones, en las que será obligatorio el uso de mascarilla y respetar una distancia de seguridad, están abiertas para todo aquel que haya hecho una reserva previa, por internet y gratuita.
La única Palma de Oro que se concederá será la dirigida al mejor cortometraje, una distinción a la que concurren once proyectos y que estará en manos de un jurado presidido por la directora gala Claire Burger. Junto a esos cortos se proyectarán y recibirán un premio los 17 filmes seleccionados por la Cinefundación, apartado dedicado a los proyectos surgidos de escuelas cinematográficas, que incluyen el argentino «Muralla china», de Santiago Barzi, o el francés «Cuando nos vamos», de Mitchelle Tamariz, sobre un viaje por el desierto mexicano.
El presidente del festival, Pierre Lescure, señaló en septiembre que esta celebración especial es una manera de estar presente junto a la población de Cannes y a los profesionales del sector con los que trabajan cada año «mano a mano». Su delegado general, Thierry Frémaux, había asegurado además en una entrevista a EFE que era importante que, pese a los cambios, el certamen no desapareciera.
«Los artistas y los profesionales deseaban que Cannes siguiera apoyándolos. Lo obvio hubiera sido anular, pero no nos veíamos abandonando a quienes contaban con nosotros. Los símbolos mágicos que hacen la leyenda, el glamour, los autores, la escalinata y la Palma de Oro también crean deberes», señaló.
Frémaux no se cansa de repetir que el cine «no está muerto» aunque la situación sea «frágil» y defiende como un acto «muy importante de coraje en medio de tanta incertidumbre» que algunos productores, autores y distribuidores sigan apostando por exhibir sus cintas en las salas.