Socios de ADEX consideran que, tras 23 años de aplicación, el drawback debe adecuarse a la realidad exportadora del Perú.
Desde 1 de enero de este año la tasa de devolución del drawback a los exportadores de productos no tradicionales se redujo de 4% a 3%. Ante esta situación, el equipo de la lista TodosJuntosporAdex, conformada por socios de la Asociación de Exportadores (ADEX) que postulan al Consejo Ejecutivo del gremio, plantearon la necesidad de que el Gobierno revise el actual esquema de este mecanismo promotor de exportaciones.
Eduardo Amorrortu, líder del equipo que postula a la presidencia de ADEX, afirmó que luego de 23 años de aplicación, es necesario que el Estado junto con el sector privado reevalúen el esquema para adecuarlo a la realidad exportadora del país.
“Primero debemos evaluar si el esquema tal como está hoy en día cumple con su función de promover y hacer más competitivos los productos que exportamos. Luego se debería de fijar la tasa adecuada para generar el interés y compensación adecuada a los pequeños exportadores que es a quien debe de enfocarse esta herramienta y así más exportadores puedan acceder al drawback”, afirmó.
Amorrortu destacó que el drawback no es un subsidio del Estado, sino un mecanismo que evita la exportación de impuestos, pues evita que los derechos arancelarios de los productos importados para confeccionar otro producto a exportar, incremente su costo y su precio final, afectando así su competitividad.
Por otro lado, el drawback se ha constituido como un instrumento de formalización ya que solamente las empresas formalmente constituidas y con un orden contable impecable pueden acceder a las exigencias requeridas para la restitución de derechos arancelarios.
El empresario precisó que, en países como Chile y El Salvador, entre otros. ya se hicieron cambios en sus esquemas de drawback y pasaron de un sistema simplificado donde se beneficia cualquier exportador que importa un insumo para su producto, que es el que funciona en el Perú, a uno más exacto, que devuelve lo efectivamente pagado por los exportadores por concepto de aranceles a insumos importados además de los “costos inapropiados” que se generan por la falta de infraestructura y seguridad en sus entornos.
“Se tiene que definir cuál es el esquema que más se adecua a la realidad peruana, pero eso no será posible si es que el Estado y el sector privado no inician un dialogo franco y abierto para determinarlo. Así lograremos consolidar las exportaciones no tradicionales que son las que más empleo formal generan”, puntualizó.