RCR, 02 de febrero de 2022.- Nelson Shack Yalta, contralor general de la República del Perú, informó que el año 2020 el estado peruano perdió más de 22 mil millones de soles por el desfalco realizado por funcionarios corruptos en plena pandemia. Tam
“En el año 2020 en pleno año de pandemia, el Perú perdió por problemas de corrupción en conducta funcional más de 22 mil millones de soles, es decir el 12% de todo lo que ejecutó. Es como decir que de cada 100 soles que gastamos, en el presupuesto público, 12 soles se pierden por problemas de corrupción”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Señaló que tener 22 mil millones de soles es como tener dos carreteras centrales con todo lo que eso significa en términos de beneficios económicos y sociales, etcétera. “En ese estudio tratamos de cuantificar por región cuántos colegios se hubieran construido si no se hubieran robado la plata, cuántos puestos de salud, camas UCI, etcétera.
“Es una información interesante que te permite traducir el costo que significa para todos los peruanos seguir conviviendo con la corrupción, porque este es un problema estructural, que es como un virus y cáncer que se está expandiendo en todo nuestro Estado desde hace muchas décadas atrás”, destacó.
Manifestó que la Contraloría hace su trabajo, pero desgraciadamente no siempre es adecuadamente escuchada. “Nosotros perdimos esa capacidad sancionadora que recién la hemos recuperado el año pasado, con lo cual este año yo creo que las cosas van a ser un poco diferentes, porque es lamentable pero así funciona, tiene que haber sanción para que efectivamente las cosas se puedan encaminar”, indicó.
Declaró que los efectos directos de la corrupción son la pobreza y la desigualdad. “Genera pobreza porque si se roban la plata de todos los peruanos, habrá menos plata para poder hacer la prestación de bienes y servicios que los peruanos necesitamos, sobre todo aquellos más vulnerables. Al hacer eso, va a aumentar la pobreza y la desigualdad, porque afecta más a los que menos tienen”, puntualizó.
“La corrupción nos afecta a todos, pero no a todos por igual. La mayor cantidad de afectación es en la población más pobre y vulnerable, que es la que usan los servicios públicos con mayor intensidad en educación en salud en transportes etcétera y que se ve perjudicado más directamente que aquellos que no usan esos servicios, por los problemas de calidad y cobertura producto de la corrupción”, subrayó.
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