¿Cuáles serán las nuevas tendencias que marcarán a esta industria? Expertos del sector comentan a El Comercio perspectivas.
Ya está a la venta la última novela del premio Nobel Mario Vargas Llosa, “Cinco esquinas”. Su editorial, Penguin Random House (PRH), ha puesto a la venta 10.000 ejemplares en el Perú a S/69 cada uno.
El Perú es aún un mercado pequeño para el negocio editorial. De los 30 millones de habitantes, solo 3 millones son lectores, cifra muy por debajo de los 10 millones en Chile y 20 millones en Colombia, indicó PRH. Al mercado reducido, se suma el hecho de que el negocio editorial es de por sí riesgoso. Mercedes González, directora de PRH, señaló que suele suceder que las ventas de las obras no cubren las expectativas que la editorial tenía, sin ninguna razón aparente.
A lo anterior, se suma también la incertidumbre que existe respecto al futuro de la industria. La tecnología ha reducido significativamente otros negocios relacionados con los rubros culturales, por ejemplo, las disqueras en el negocio musical y los negocios de alquiler de películas. Amazon, el retailer electrónico por excelencia, remeció el mundo editorial hace unos años con los libros electrónicos y la comercialización de libros, lo que ocasionó que grandes librerías en Estados Unidos se vieran obligadas a reducir locales e incluso cerrar el negocio. Y sin embargo, hace menos de seis meses, el retailer abrió su primera tienda física en Seattle (EE.UU.).
La duda que surge en ese sentido es si la digitalización de los libros llegó a su fin. Pedro Huerta, director para Contenido Kindle en Amazon, afirmó a El Comercio que no se trata de que la empresa haya renunciado al formato digital ni que tampoco el formato en papel esté fuera del mercado. “La disrupción del libro y consumo digital –que empezó en los años 2008 y 2009– sigue su curso. Lo bueno es que los lectores hoy tienen la opción de comprar un libro en formato físico, digital o en formato audio (audiolibro). La primera tendencia para el futuro es que estos tres formatos y muchos más, supongo, seguirán creciendo; y lo harán pues el lector es quien decide cómo consumir los libros”, detalló el ejecutivo.
González, de PRH, coincide con ello; pero advierte que la demanda por los libros digitales se ha visto estancada, incluso en Estados Unidos, mercado donde tuvo gran acogida. Así también lo advirtió aEl Comercio Ana María Cabanellas, editora del Grupo Claridad y presidenta de la Comisión de Relaciones Institucionales Internacionales de Fundación de Libro, organizadora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, una de las más grandes de la región.
MUNDO VIRTUAL
En el Perú y la región latinoamericana la producción y el consumo de libros digitales son aún muy incipientes. Según la Cámara Peruana del Libro (CPL), en la región solo el 21% de la producción de libros es digital –y en el caso del Perú, esta apenas llega al 5%–. Asimismo, representa solo el 1% de la facturación en la región, según Daniel Benchimol, director de Proyecto 451, consultora argentina de libros digitales.
El especialista explicó que la industria editorial es muy reacia a acoger el formato digital. “La industria editorial en su conjunto tiene mucha resistencia al cambio y, por tanto, a las nuevas tecnologías; y eso se puede ver en las ferias de libro, donde lo digital tiene muy poco espacio”, señaló a El Comercio. De ahí que Benchimol afirme que la transición a lo digital será muy lenta.
En el Perú, más de 60% de las personas mayores de 18 años no conoce lo que es un libro digital, indicó Pedro Villa, director de Relaciones Institucionales de la CPL. Pero hace la salvedad de que solo se tiene información sobre adultos y no de los más jóvenes.
González señaló que los más jóvenes, pese a su contacto más cercano con la tecnología, también optan por el formato impreso, aunque el canal para conocer sobre los libros sea la plataforma digital. “Los booktubers son adolescentes que abren canales en YouTube y se dedican a comentar libros. Se han convertido en figuras mediáticas, en algunos casos, teniendo cientos de miles de seguidores. Hay mucho movimiento en México, Colombia y España. Pero también en el Perú. En la última Feria del Libro Ricardo Palma, tuvieron un stand. Ya las editoriales les envían directamente los libros para que los puedan comentar”, detalló Villa.
Cabanellas mencionó el caso de los blogueros literarios en Argentina. “Cuando uno de ellos recomienda un libro es seguro que será un éxito, pero es más en el sector juvenil. Los blogueros participan muy activamente en la feria del libro. Es impresionante la cantidad de jóvenes que los siguen”, indicó.
Así, la industria editorial no es ajena a lo que sucede en otras industrias en relación con los jóvenes. Por ejemplo, según datos de “Semana Económica”, “para la generación Y [que representa cerca del 35% de la población nacional] la percepción que tienen otros de la marca es más importante que para las generaciones mayores. Ello se evidencia en la importancia que atribuyen a las recomendaciones obtenidas de otras personas, especialistas o incluso a través de las redes sociales”.
El gran movimiento que se da en Internet también impactará en la producción de obras, vía la autopublicación. Amazon, por ejemplo, tiene el servicio para la autopublicación, Kindle Direct Publishing. “Cada semana, en promedio, cerca de 45 de los 100 e-books más vendidos en español a nivel mundial en Amazon se publican a través de KDP”, indicó la empresa.
Es de esperar que esta posibilidad derive en una mayor producción de contenido. Pero no significaría la eliminación de las editoriales. Para Benchimol, estas seguirán produciendo textos de calidad y trabajando la exposición de los libros, pero también podrían fungir de “curadores de libros”, en la medida en que recomienden textos. Al especialista, el futuro de las librerías le genera más duda. “Las librerías, como ha pasado con otras industrias –como las cadenas de películas o de discos–, se reducirán más a espacio de nichos y es difícil pensar que un negocio como librería tradicional se mantenga en el tiempo”, afirmó.
Rubén Barcelli, director de la Escuela de Edición de Lima, agregó que cada vez los libros están más especializados, por lo que se necesitan canales de distribución especializados.
Mientras tanto, Amazon ya lanzó también el servicio de suscripción para tener acceso ilimitado a libros, un servicio similar a lo que es Netflix para las películas. Huerta lo identifica como una tendencia, pero no dio cifras sobre la cantidad de suscriptores con los que actualmente cuenta.
LA TIENDA DE AMAZON
En noviembre pasado el retailer electrónico por excelencia, Amazon, lanzó su primera librería física en Estados Unidos. Se especula que la empresa tiene planeado abrir por lo menos 400 tiendas más. “Es especulación de la prensa”, indicó a El Comercio Pedro Huerta, director para Contenido Kindle en Amazon.
“Amazon ha recorrido un camino por el cual, a través de su plataforma de comercio electrónico y Kindle, entiende y sabe más que nadie cómo leen las personas, cómo compran libros las personas, de qué forman llegan a los libros a las personas, de qué manera leen los libros. Y sabe mejor que nadie cómo abrir una librería física y hacer que eso sea un negocio”, señaló Daniel Benchimol, director de Proyecto 451, consultora argentina de libros digitales.
Por su parte, Huerta explicó que la apuesta por una librería fuera de la plataforma virtual va acorde con las políticas de Amazon de probar y experimentar cosas. “Hemos lanzado una tienda física en Seattle, donde los consumidores tienen la opción de ver los libros y algunos de los dispositivos de lectura que tenemos: tabletas, Kindle o Amazon Echo, que es un aparato de reconocimiento de voz. Entonces, tratamos siempre de estar a la vanguardia”, señaló el ejecutivo.
Fuente: El Comercio