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ELIANA REVOLLAR: FISCALES Y JUECES PASAN POR ALTO CASOS DE FEMINICIDIO EN EL PERÚ

Adjunta de la Defensoría del Pueblo para los Derechos de la Mujer dice que operadores de justicia utilizan más la figura de homicidios comunes o asesinato de mujeres.

RCR, 13 de diciembre de 2019.- Desde el 2009 hasta la actualidad existe una falta de rigor en las investigaciones de los operadores de justicia para acusar y juzgar de manera precisa los casos de feminicidio en el Perú y pasan por alto esos delitos que se dan en una situación de violencia generalizada contra la mujer, advirtió Eliana Revollar, adjunta de la Defensoría del Pueblo para los Derechos de la Mujer, a través de Red de Comunicación Regional (RCR).

“El feminicidio se va registrando desde el año 2009 y ya estamos prácticamente en una década del registro pero es bueno señalar que ante la falta de rigor en la investigación y de conocimiento de la figura penal del feminicidio, muchos casos han ido más por las figuras de homicidios o asesinatos de mujeres con lo cual se ha invisibilizado el tema”, indicó la funcionaria a través de Red de Comunicación Regional (RCR).

Señaló que “desde el año 2018, a raíz de la efervescencia social de los movimientos que han salido a reclamar por la vida de las mujeres, ha habido una lupa mucho más potente para estar viendo cómo es que se califica, cómo es que se investiga, cómo se juzga y se sanciona por los temas de feminicidio. Es la propia sociedad, el Ministerio de la mujer, el INEI y la Defensoría del Pueblo, quienes estamos con todas las alertas respecto a las muertes violentas de las mujeres”.

“Es cierto que se han registrado 168 muertes violentas de mujeres con características de feminicidio y digo esto porque la calificación del tipo penal le corresponde al Ministerio Público y calificados bajo el tipo penal de feminicidio hay 143 casos, pero a la Defensoría del Pueblo le preocupa que todos los casos que tienen esas características de feminicidio tengan una correcta calificación, es decir hay 25 casos que todavía no tienen esa calificación aun teniendo los elementos constitutivos de un posible feminicidio”, dijo.

Explicó que “el homicidio es el hecho de quitarle la vida a una persona cualquiera y el feminicidio es cuando se le quita la vida a una mujer en el contexto de una violencia generalizada que puede ser en relaciones de pareja. Hay un feminicidio que es íntimo porque puede ser del enamorado, exenamorado, conviviente, exconviviente, novio o esposo”.

“El asesinato que no es feminicidio íntimo tiene que ver con el quitarle la vida a una mujer por su condición de mujer y ahí hay un tema de misoginia qué es el odio hacia las mujeres sin mediar una relación de pareja, por ejemplo una persona que quita la vida a una mujer por ejercer el meretricio. También hay un feminicidio por conexión cuando, por ejemplo, una hermana apoya a su hermana para que no la puedan violentar física o verbalmente y ella es víctima del asesinato de un hombre”, indicó.

Violencia generalizada

Revollar sostuvo que “el feminicidio es una figura en la cual se tiene que evaluar el contexto de violencia en el que vive la mujer. Por eso es que hay agravantes, por ejemplo, cuando ella está embarazada, cuando los hijos menores presencien, cuando ha habido denuncias previas, cuando es una menor embarazada. El feminicidio, por atentar contra una mujer, que es una persona vulnerable en una relación y en ese continuum de violencia en el que vive, es una figura mucho más drástica que el asesinato común. Las penas van entre los 16, 20 y 26 años”.

“Entonces el feminicidio es importante que se investigué y se sancione como tal, porque ese es el mejor ejemplo de una política criminal que administra justicia y es firme con el agresor, pero que también da un ejemplo a la sociedad de que esos casos no deben normalizarse y que tienen que ser sancionados y que quienes violentan a las mujeres entiendan que hay un sistema represor de esa conducta”, manifestó.

Mencionó que “en el Perú el problema no es de la normatividad porque somos un ejemplo de los estándares Internacionales de la convención de Belem do Pará. Para la Defensoría del Pueblo lo que está faltando es la articulación y un mayor presupuesto para el tema del sistema de atención de justicia especializado para las mujeres”.

“Otro aspecto que me parece importante es trabajar en la sociedad para que esa estructura machista en la en la que lo masculino se pone por encima de lo femenino, en la que el machismo está reinando,  vaya cediendo a una educación que sea igualitaria en la que la mujer es reconocida en sus derechos y que pueda ser considerada como una igual frente a los varones”, recalcó.

Puntualizó que “hay una mayor preponderancia de feminicidios en personas que no tienen un nivel educativo, o qué ocurre en relaciones de convivencia más que en personas casadas. Tampoco podemos dejar de señalar que el feminicidio ha ocurrido con gente que tiene instrucción: hay universitarios y profesionales, miembros de la Policía Nacional, la semana pasada hemos sido testigos que en Trujillo una policía ha sido abatida por su marido quien posteriormente se ha suicidó”.

“En la sociedad tenemos que luchar contra estas conductas y tenemos que darle un mensaje a las mujeres de que tienen que estar alerta, nadie tiene que controlarlas, violentarlas ni física ni verbalmente y menos sexualmente, porqué se llega al feminicidio cuando la violencia ha quebrado toda voluntad, decisión y autonomía de una mujer”, anotó.

Enfatizó que “la prevención es la clave para trabajar y esto me permite señalar que a partir de una supervisión que hicimos el año pasado en los Centros de Emergencia Mujer (que es el servicio especializado que tiene el Ministerio en la Mujer para atender estos casos), recomendamos que el programa sufra una modificación para trabajar la prevención, la atención y la recuperación”.

Defensoría del Pueblo con poco presupuesto

La funcionaria también dijo que “la Defensoría ha tenido fondos en el marco del plan de acción conjunta en el año 2018 superábamos el 10% ese presupuesto para el rol de supervisión y promoción de derechos, en el año 2019 nos han proporcionado más o menos el 4.5% del presupuesto, pero lamentablemente para el año 2020 únicamente nos han dado 2 millones 400 soles es decir el 1.29%”.

“El propio defensor del pueblo Walter Gutiérrez, en el marco de la comisión multisectorial que ve estos temas en el marco de la ley 30364, lo ha planteado a la ministra de la Mujer y ella ha mandado una comunicación a la ministra de Economía y Finanzas y estamos en las negociaciones y aguardando a que nos den la diferencia de 7 millones 600 soles que va a permitir a la Defensoría seguir viendo que todas las instituciones están cumpliendo su función y señalando que es lo que está fallando para que la defensa de las mujeres sea mucho más efectiva”, recalcó.

“Con ese dinero hacemos una labor importante de promoción de derechos y divulgación. Este año y el 2018 hemos hecho audiencias defensoriales en varios lugares del país para oír a la gente y que ellos nos digan cuáles son los problemas, porque estamos convencidos en la Defensoría del Pueblo que las políticas públicas no pueden ser políticas públicas de escritorio, es la gente la que nos tiene que decir qué falla, lo propio pasó con más de 3 mil estudiantes entre universitarios y escolares que han participado en debates colaborativos para hacer propuestas”, anotó.

Enfatizó que “en las audiencias padres y madres de familia y cuidadores familiares (que pueden ser los abuelos o los tíos) demandan escuelas de padres y que haya un diálogo mucho más directo. Hay que llegar a las familias porque muchas veces la mayor interacciones con las redes y no sabemos qué información tienen nuestros hijos e hijas. Hay que trabajar con las hijas y con los hijos desde la familia pero también desde la escuela y desde la sociedad”

“El diálogo tiene que ser el mecanismo transformador en general de todas las relaciones humanas, pero en el caso en las relaciones de pareja es crucial porque si no hay un diálogo claro y el poder de uno de ellos (que generalmente es el hombre) se impone en una relación y eso deja una mujer sin autonomía. Muchas veces el control emocional y económico cuando ya hay familia, hace que la mujer condene su vida a vivir en una permanente violencia. Por eso es que tenemos que trabajar desde la infancia con varones y mujeres para que tengan relaciones que sean igualitarias y respetuosas”, dijo.

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