Fuente: Diario La Industria de Trujillo
Decano de Arquitectos sostiene que autoridades deben evaluar terrenos del Estado que reúnan condiciones para reubicar a la población.
A paso lento, la ciudad recobra la calma. La región sigue en alerta máxima, pero los últimos pronósticos dejan entrever que lo peor ya pasó para Trujillo y las siete provincias afectadas por las lluvias y desbordes.
Conocido esto, el enorme reto que tienen las autoridades es diseñar un plan de reconstrucción en cada una de la zonas afectadas por el Niño Costero.
El exdecano del Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros de La Libertad, Marco Cabrera Huamán, fue claro al decir que no se puede iniciar una reconstrucción sobre “algo mal construido”, por lo que destacó con suma urgencia la elaboración de una planificación urbanística acorde con una ciudad moderna. En esa idea, incidió en que ya no se debe permitir que más personas ocupen los cauces de las quebradas.
“¿Qué se va a reconstruir? ¿Algo mal construido? No hay una planificación urbanística acorde con lo que debe ser una ciudad moderna. Debemos aprovechar esta desgracia para corregir los errores. Debemos partir por una planificación. Luego se puede desviar el agua de las zonas altas de las quebradas donde todavía no hay población. Eso seguramente atenderá estudios de geólogos, hidráulicos, civiles, mecánicos; pero podría ser factible”, dijo.
Precisó que las aguas de la quebrada San Ildefonso —que atraviesa directamente Trujillo— podrían ser desviadas al río Moche. A su vez, explicó que el cauce de este afluente debería ampliarse a fin de evitar desbordes en su recorrido al mar. “Debemos construir defensas ribereñas modernas que eviten el desborde de los ríos. No olvidemos nunca a la naturaleza, podemos tener defensas ribereñas sembrando árboles. Eso debe ser un objetivo a largo plazo”, declaró.
El exdecano de los ingenieros también precisó que podrían construirse diques en las partes altas de las cuencas de las quebradas, pero respetando normas
técnicas que sirvan para la contención de las aguas. “Esto podría ser viable, pero no deben ser diques artesanales como los que hemos tenido”, aclara.
Ambas acciones deberían ser reforzadas con construcciones viales en la ciudad que sirvan para encauzar las aguas de las quebradas ante posibles desbordes las cuales podrían ser usadas como avenidas en tiempos en los que no se presenten lluvias por el fenómeno de El Niño.
“Solo tenemos dos anillos viales que son las avenidas España y América. No tenemos otro anillo que rodee la ciudad. Sería bueno pensar que las construcciones viales —que serían cauces de las quebradas cuando atraviesen la ciudad— se usen como red vial”, sostuvo.
Cabrera Huamán propuso también la construcción de un sistema de drenaje para evitar que el agua de lluvia se empoce y genere puntos críticos en diversos sectores de la urbe.
“Tenemos que pensar en la misma ciudad. Hay que construir un sistema de drenaje. Los tiempos de lluvias ligeras ya no existen. Ahora Trujillo es una ciudad con riesgo de altas precipitaciones. Tenemos que pensar en esos temas”, advirtió.