Agitación política entre Ejecutivo y Congreso, destape del caso Lava Jato y elección de gobernadores con posturas “anti inversión”, también generó el retraso de la industria de la construcción, afirmó Luis Villanueva Carbajal.
RCR, 01 de julio 2019.- La delincuencia y la inseguridad ciudadana que actualmente azotan a nuestro país encarecen hasta en 5% el presupuesto general de las obras públicas y privadas que se realizan en nuestro territorio, alertó el secretario general de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil del Perú, Luis Villanueva Carbajal.
“El tema de la sobrevaloración de obras importantes no solo se da por el tema de la corrupción o los malos manejos administrativos, sino también por la inseguridad y la delincuencia. Los delincuentes se llevan hasta un 5% del presupuesto de los proyectos en marcha, y eso es algo que venimos denunciando desde hace mucho porque nos parece gravísimo”, advirtió.
En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Villanueva también dijo que los últimos hechos de corrupción, destapados a raíz del caso Lava Jato, sí ocasionaron un bajón económico al sector de construcción civil, pues, según indicó, la mayoría de obras importantes se paralizaron, generando el despido de miles de trabajadores.
“La paralización de obras con presunta corrupción ocasionó el despido de 30 mil trabajadores, la mayoría de ellos ligado a los proveedores de las empresas que estaban a cargo de los proyectos. Muchas familias de trabajadores se quedaron en la nada, porque ni siquiera les pagaron el tiempo que venían trabajando. Ciertamente fue un momento muy duro para todo nuestro gremio”, lamentó.
Otro de los puntos flácidos que tuvo que superar la industria constructora, según Villanueva, fue la constante agitación política que vivió nuestro país como consecuencia del enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Congreso. Esta disputa – añadió – se sumó a la elección de nuevos representantes regionales, algunos de ellos con posturas “anti inversión”.
“Después del tema de la corrupción vino el tema de la inestabilidad política, que también afectó al sector. La industria de la construcción cayó en el año 2017, fue un momento muy duro, pero logró recuperarse un poco el año pasado. Y cuando parecía que el momento había pasado, llegó la elección de autoridades regionales, donde también hubo un parón porque se decían que algunos gobernadores no iban a apoyar los proyectos”, comentó.
Sin embargo, aseguró que en los últimos dos meses, la inversión ha empezado a recuperarse en nuestro país. Este hecho ha generado que los índices de crecimiento del sector de construcción también aumenten y se ponga en el sendero de la subida.
“Felizmente que en los últimos dos meses el sector ha empezado a recuperarse. Esperemos que esta tendencia a la recuperación continúe, porque va a resolver los problemas, no solo de los trabajadores, sino que va a reactivar la economía del país. Ojalá sigamos por esa senda, porque en los últimos meses ha habido más obras y proyectos”, afirmó.
De igual forma, Villanueva señaló que el Perú debe generar un clima apropiado para la llegada de más inversiones, pues así como el sector de la construcción necesita más proyectos para tener oportunidades laborales, la población también requiere más infraestructura, como carreteras, agua y saneamiento, e instituciones educativas y de salud de calidad.
“Necesitamos que se reactive la industria de la construcción mediante la generación de obras. Los trabajadores necesitamos muchas obras, no solo para genera trabajo, sino para recortar las brechas de infraestructura que tenemos. Se habla de más de 150 mil millones de dólares que es el déficit en carreteras, interconexión de agua y mucho más. Nos falta apuntar a eso para ser un país competitivo”, acotó.
INFILTRADOS EN LA CONSTRUCCIÓN
Por otro lado, Villanueva manifestó su preocupación por la constante infiltración de delincuentes y extorsionadores al interior de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil. Aseguró que esta invasión dio inicio en el año 2008, durante el segundo gobierno aprista, en el cual muchos delincuentes obtuvieron el registro sindical automático.
“Desde ese año ha habido una subida que no para. Y esto ha traído como consecuencia una alta tasa de violencia en el sector, que vemos casi a diario en las noticias. El problema es que cuentan con un carnet que aparentemente los sindica como legales, pero que en el fondo esconde un problema, y es que en realidad son infiltrados en nuestro gremio”, sentenció.
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