RCR, 05 de Julio 2024 .- Nélida Ramírez Gutiérrez, encargada de los temas de educación de la Defensoría del Pueblo – Lima Norte, informó que solicitaron al municipio distrital de San Martín de Porres tomar más medidas frente a la proliferación de roedores que incluso ingresaron al colegio Pedro Paulet Mostajo, asimismo, señaló que los habitantes de la zona generan alrededor de 850 toneladas de basura generando focos de riesgo de infecciones.
“Los hechos que suscitaron nuestra intervención fue por la preocupación de los padres de familia y vecinos respecto a la existencia de ratas en toda la zona, incluso habían entrado a la institución educativa poniendo en peligro las condiciones sanitarias para los estudiantes. Si bien es cierto, la municipalidad había tomado algunas medidas para que estos roedores pasen a una cuadra donde se habían focalizado en un principio, también es importante brindar un cuidado especial en la zona porque también está el Hospital Cayetano Heredia, entre otros establecimientos”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Indicó que en diversos puntos cercanos a la Institución Educativa Pedro Paulet Mostajo se ha podido observar la acumulación de basura, por lo tanto, sostuvo que es indispensable que se informe sobre el daño que ocasiona la presencia de contaminación, así como la difusión de la hora en que los vecinos deben sacar sus residuos sólidos.
“En este distrito existe mucha basura acumulada en diferentes zonas, a lo largo de la Av. Universitaria hay bastante acumulación de basura, también en Zarumilla, etc. En el dialogo sostenido con el alcalde indicó que en la zona donde se produjeron los hechos, se brinda el servicio dos veces al día, sin embargo, no hay una buena cultura en los ciudadanos respecto a los residuos sólidos que son los factores que generan la presencia de roedores, además de perjuicios a la salud pública”, expresó.
Remarcó que los habitantes del distrito de San Martín de Porres generan alrededor de 850 toneladas de basura, en ese mismo sentido, precisó que los vecinos deben ser conscientes que al arrojar desperdicios originan focos de riesgo de infecciones, entre otros perjuicios a la salud pública.
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