Ayer, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) corrigió su proyección de crecimiento económico, antes en 4.8%, a un 3.8% más modesto. Y atribuyó esta reducción a las obras paralizadas como consecuencia del caso Odebrecht.
En primer lugar, traduzcamos el PBI a cifras más palpables. El 1% del PBI significa alrededor de US$ 2,000 millones o S/ 6,600 millones.
El economista Pablo Secada considera que la cifra es aún mayor, puesto que el Producto Bruto Interno (PBI) responde a la inflación del 2007. Para Secada, el 1% actual representa US$ 2,700 millones.
Estamos de acuerdo en que es bastante dinero, ¿pero qué representa este punto porcentual que dejaríamos de crecer?
Juan Mendoza, director de la Maestría en Economía de la Universidad del Pacífico, asegura que un punto porcentual del PBI es igual a toda la producción anual del sector pesca. En pocas palabras, toda la actividad pesquera de un año.
El impacto en el empleo de los peruanos es mucho más tangible, sin embargo. Hugo Santa María, de Apoyo Consultoría, sostuvo en una columna publicada en Gestión que un déficit de 1% del PBI es igual a 140,000 empleos perdidos.
Y no solo se dejarían de crear empleos, sino que el mismo ratio significa al menos 320,000 peruanos que dejaron de salir de la pobreza, según Santa María.
Pablo Secada amplía un poco el panorama. El economista asegura que el porcentaje que dejaríamos de crecer corresponde a una línea extra del Metro, o a la inversión total de Talara.
¿Realmente dejaremos de crecer?
El 4.8% inicial que proyectó el MEF era exagerado. “El pronóstico inicial era muy optimista. La economía no debería crecer mucho más que el 2016, y el año pasado vamos a cerrar en un poco menos de 4%”, indica Mendoza.
La primera proyección del gobierno, asegura Juan Mendoza, partió de un supuesto equivocado: que la inversión privada se reactive con el cambio de mando.
Secada, por su parte, sostiene que tanto la inversión como el consumo tienen grandes trabas que el Estado no ha aprendido a resolver en el último año. “La recuperación de la inflación está limitada por la capacidad instalada ociosa es mayor de la usual. Por otro lado, la desaceleración económica provocó que muchos trabajadores formales viren a la informalidad”.
Sin embargo, Pablo Secada considera la cifra del MEF un poco conservadora. “Me parece más razonable el crecimiento de 4.1% del PBI, que tiene el consenso de economistas que reporta The Economist”, sentencia.
La responsabilidad del GSP
El gobierno aseguró que el reajuste de la proyección del MEF obedece al impacto del caso Odebrecht en la economía peruana, principalmente por el efecto de la cancelación del contrato del Gasoducto Sur Peruano (GSP).
Y si bien Odebrecht ha generado consecuencias en la economía, para Secada el enfrentamiento político entre el oficialismo y la oposición también fue un factor importante en la desaceleración de la economía.
Para Juan Mendoza, la responsabilidad del GSP es mucho menor.
“El gobierno dice que el aporte del GSP hubiera sido similar al de Las Bambas. A mí me parece exagerado. Algo más razonable podría ser la mitad del proyecto”, apunta Mendoza.
A su vez, Mendoza no se explica qué tanto afecta el gasoducto a este reajuste, puesto que el proyecto “ya estaba neutralizado hace varios meses”.
“Es realista el 3.8%, pero no por el GSP, sino porque es una proyección más razonable”, explica Mendoza.
Por otro lado, una ‘luz verde’ al GSP hubiera sido negativo en última instancia. “El proyecto quizá hubiera movido la economía a corto plazo, pero nos dejaría con un enorme elefante blanco que iba a reducir el PBI”, asevera Mendoza.
Fuente: Diario Gestión