Jefe del plan de gobierno de PPK dice que nuevos trabajadores recibirán CTS y seguro de desempleo. Expertos lo cuestionan.
Los dimes y diretes entre Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori se multiplican conforme se acerca el 5 de junio. Además de la polémica por la propuesta de la candidata de Fuerza Popular de regresar al sistema 24×24, ella misma cuestionó el planteamiento de Peruanos por el Kambio (PPK) para crear un seguro de desempleo.
Fujimori dijo que lamentaba una posible eliminación de la compensación por tiempo de servicio (CTS) para generar un seguro de desempleo. “Esto a quien beneficia es a las aseguradoras”, expresó.
Ello fue refutado por el equipo técnico de PPK y por el propio candidato presidencial. “No pretendo eliminar ninguna CTS […] lo que vamos a hacer, y eso depende del Congreso, es crear un seguro de desempleo”, respondió Kuczynski.
—Propuesta—
En concreto, PPK propone crear (dentro de los 100 primeros días de un eventual gobierno suyo) un seguro de desempleo. Este seguro sería contratado por los empleadores a empresas de seguros que garanticen al trabajador un ingreso que sea equivalente al 80% del salario que recibía, por un período de tres o seis meses de desempleo. El seguro se activaría cuando el vínculo laboral del empleado concluya (ya sea por despido, renuncia, entre otros) y este no se reinserte.
Según el plan de gobierno de PPK, esto costaría al empleador entre 2,2% del salario en caso se opte por tres meses de seguro o 3,5% si se trata de seis meses.
En entrevista con El Comercio, el jefe de plan de gobierno de PPK, Alfredo Thorne, señaló que en ningún caso se eliminaría la CTS y que el seguro de desempleo solo se aplicaría para los trabajadores que por primera vez ingresen al mercado laboral.
“Solo los que entran por primera vez a la fuerza de trabajo van a tener seguro de desempleo. El empleador va a pagar los 14 sueldos más un sueldo adicional producto de la CTS y, por encima de eso, se le va a dar el seguro de desempleo que es 2,5% del salario”, precisó.
—¿Es viable?—
Para el laboralista Jorge Toyama, incorporar a la legislación un seguro de desempleo es fundamental y debería ser parte de la seguridad social. “Contar con un seguro es un rasgo de una sociedad sostenible y desarrollada”, anotó.
Además, precisó que los seguros de este tipo no solo van acompañados de dinero, sino con sistemas de planificación profesional, de reconversión laboral y capacitaciones. No obstante, para el economista Iván Alonso, implementar una medida así en el país sería una pésima idea.
Sostiene que la tasa de desempleo es de alrededor del 6%, por lo que se necesitarían más fondos para financiar un seguro. “Si solo es para los nuevos como dicen, la tasa de desempleo es mayor por ser en su mayoría jóvenes. No sé qué compañía de seguros va a querer entrar en ese esquema”, manifestó.
Por su parte, el economista Pablo Secada señaló que, si bien está de acuerdo con el seguro, la perversión de este tipo de sistemas se da cuando la existencia del seguro termina siendo un desincentivo al trabajo. “Ello se debate en los países desarrollados”, precisó. En el Perú el promedio de desempleo es de tres meses.
—¿Doble beneficio?—
Todos los expertos consultados por este Diario, sin embargo, señalaron que implementar un seguro de desempleo manteniendo al mismo tiempo la CTS, como indica Thorne, sería perjudicial para la formalidad. Actualmente la CTS representa un costo importante para los empleadores (6,67% de la remuneración anual), si a eso se le suma 2,2%, se genera un sobrecosto a las empresas. Es una forma de fomentar la informalidad, dijo Alonso.
Toyama manifestó que para que ambos sistemas coexistan se tendría que reducir la CTS. “No hay otra”, dijo. Secada concuerda con Alonso y Toyama: “Me parece una locura, es completamente ineficiente y termina afectando más a los propios jóvenes”.
Al respecto, Thorne reconoció que mantener ambos regímenes generaría un sobrecosto a las empresas, no obstante, consideró que no sería un aumento drástico. “La idea es no afectar al trabajador, que eso quede claro”, sostuvo.
Fuente: El Comercio