Brasilia, ene. 30. La presidenta de la Corte Suprema de Brasil, Cármen Lúcia, convalidó hoy la confesión de exejecutivos de Odebrecht sobre la red de sobornos de Petrobras, una señal de que el caso avanza tras la muerte del juez que llevaba el proceso en el máximo tribunal.
La presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), ministra Cármen Lúcia, homologó las 77 delaciones de Odebrecht. El secreto de sumario será mantenido», informó oficialmente la corte.
En la práctica, la medida incorpora al expediente todos los testimonios que detallan el pago de sobornos de empresarios a funcionarios y operadores políticos de primer plano para obtener contratos en la petrolera estatalo para que sean aprobadas medidas favorables a sus negocios.
Las confesiones se mantienen por el momento en sigilo y serán enviadas a la Fiscalía General para que decida si presenta nuevas denuncias a partir de los datos aportados, algo que se descuenta que ocurrirá.
La decisión de Lúcia parece despejar las dudas sobre el futuro del caso que generó la sorpresiva muerte en un siniestro aéreo del juez Teori Zavascki, que llevaba con mano firme un proceso que estremece al primer nivel político y que ya ha puesto tras las rejas a exdiputados, exsenadores, exgobernadores y encumbrados empresarios.
El STF instruye los procesos contra funcionarios federales con cargos vigentes y, por lo tanto, protegidos por fueros especiales, como diputados, senadores y ministros.
Las primeras filtraciones de las confesiones involucraron al presidente conservador Michel Temer y a varios de sus allegados, que desmienten terminantemente cualquier implicación.
La investigación, conocida como «Operación Lava Jato» (lavadero de autos) fue deflagrada en 2014 en Curitiba (sur) por el juez de primera instancia Sergio Moro.
El fiscal que instruye los procesos en esa ciudad, Daltan Dallagnol, dijo la semana pasada a la AFP que el número de investigados podría duplicarse.
«La perspectiva es que la operación se duplique (…) la colaboración de Odebrecht y de varios de sus ejecutivos aportará pruebas que pueden continuar en Curitiba, pero que muy probablemente se esparcirán por todo Brasil como vástagos de la operación», declaró.
Lúcia ahora debe decidir quién asumirá el caso, que podría ser distribuido entre varios de los restantes nueve jueces del máximo tribunal. Temer ya indicó que esperaría esa decisión antes de designar al reemplazante de Zavascki.
La confesión de Odebrecht es un asunto de Estado. La empresa quedó en el centro del escándalo, luego de que la policía hallara documentos que probaron que tenía un departamento especialmente creado para administrar los sobornos que daba a funcionarios de prácticamente todo el arco político brasileño, incluyendo al partido de centroderecha PMDB, del presidente Temer.
Odebrecht quedó acorralada luego de que el juez Moro, un emblema de la lucha contra la corrupción en Brasil, condenara a su expresidente Marcelo Odebrecht a 19 años y cuatro meses de presión.
Su red de corrupción se extendió a Colombia, Perú, Venezuela, Argentina, Panamá, Ecuador, República Dominicana y Guatemala entre otros, donde debió hacer otros acuerdos de compensación por separado.
La firma facturó 39.119 millones de dólares en 2015, según su último reporte de resultados.