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COOPERANTES NEOZELANDESES HAN ABIERTO UNA CONCIENCIA MÁS PARTICIPATIVA ENTRE GANADEROS NACIONALES

Integrante de la Cooperativa Agraria de Multiservicios Los Andes (provincia de Cutervo, Cajamarca), Oscar Muñoz Llaja, destacó su exitosa experiencia con la cooperación neozelandesa a través del proyecto MI FINCA.

RCR, 14 de febrero 2019.- Los cooperantes neozelandeses Proyecto de Apoyo de Nueva Zelanda al Sector Lechero Peruano 2016 – 2021 (PANZSLP), han abierto una conciencia más participativa entre los ganaderos nacionales que nos permite dialogar sobre nuestros aciertos y corregir nuestros errores, afirmó el integrante de la Cooperativa Agraria de Multiservicios Los Andes (provincia de Cutervo, Cajamarca), Oscar Muñoz Llaja.

“Conversamos como productores. Dialogamos y vemos nuestros aciertos y desaciertos. Es lo que antes no hacíamos. Antes éramos individualistas y egoístas. Hacíamos una cosa y queríamos que el vecino no la aprenda. No han cambiado la mentalidad, donde decimos que de nosotros mismos salgo lo que debemos aprender, de acuerdo a nuestras experiencias y de acuerdo al empuje técnico que ellos nos dan”, subrayó.

En la provincia de Cutervo (Cajamarca), en el productivo valle de Conday, a más de 2,500 metros sobre el nivel del mar se desarrolla –como en otros puntos del país– el Proyecto Piloto Mi Finca, que forma parte del proyecto binacional de Apoyo de Nueva Zelanda al Sector Lechero Peruano.

Oscar Muñoz, vive en el valle del Conday, ubicado en la provincia de Cutervo en la región Cajamarca. Tiene una finca con seis vacas en ordeño y una seca, así como una vaquillona, una vaquilla y dos terneras; además de ocho hectáreas de pasto con riego.

En diálogo con el programa “Ganadería y desarrollo al día” de Red de Comunicación Regional (RCR), Muñoz Llaja destacó su exitosa experiencia con la cooperación neozelandesa a través del proyecto “Mi Finca”, al indicar que lo benefició sobremanera, al permitirle “buenos logros económicos”, con las consiguientes ganancias; además de facilitarle “un manejo adecuado de los pastos, a tierna edad, antes de que pase a su estado de mejor aprovechamiento para el ganado”.

“De lo que estábamos al inicio, con siete litros de leche promedio por vaca, estamos (ahora) en los diez litros, y nos proyectamos en llegar a los trece litros… Estamos trayendo la tecnología en contar con cercos eléctricos, en el cual el ganado está suelto. Ya no tenemos el estilo de tenerlo amarrado en estacas. Tienen la posibilidad de tener agua las 24 horas del día. El ganado está menos estresado”, especificó.

Asimismo, refirió que estas mejoras le han franqueado un mayor tiempo para desarrollar sus labores cotidianas nuestras labores. “Ya no usamos concretados como antes para incrementar la producción. Ahora, la producción de leche es algo mejor como si fuéramos concentrados”, anotó. 

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