Fuente: Agencia Andina – Por Maira Flores Rodríguez, enviada especial
Proyecto ha logrado reducir los índices de anemia en este distrito ubicado a más de 4,000 metros de altura
¿Se puede reducir la anemia y desnutrición en los pueblos altoandinos? El proyecto Sami, implementado por una ONG y una empresa minera, ha sido reconocido por lograr la disminución significativa de la anemia en el distrito de Antauta, un pueblo de la región Puno.
“La anemia es una enfermedad que afecta el cerebro y, en consecuencia, los niños presentan problemas de aprendizaje”, dice Tomasa Quispe, especialista de campo del proyecto Sami, implementado por la ONG Sumbi y la empresa minera Minsur en el distrito puneño de Antauta.
Tomasa dicta un taller a un grupo de madres de familia, que son conscientes de que la alimentación de sus hijos es lo más importante en su día a día, pues asegura su desarrollo cognitivo y motor.
En el segundo piso del mercado de Antauta, el proyecto ha logrado transformar una ludoteca en un espacio de capacitación sobre los cuidados para la primera infancia: desde la alimentación del bebé hasta los juguetes que debe tener a su alcance.
Estamos a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar. Antauta sufría igual que muchos centros poblados altoandinos: en el 2017 registraba un índice de 95% de anemia en niños menores de 5 años. Hoy esta situación ha mejorado y los índices de anemia se encuentran por debajo del 48% gracias a la implementación de un proyecto que le puso el ojo a la anemia.
Focalizando el problema
“El proyecto Sami nació ante una necesidad y una preocupación sobre la situación de desnutrición y anemia que presentaban los niños de Antauta y Ajoyani”, explica el jefe del proyecto Primera Infancia de la ONG Sumbi, Alex Rivera Cadillo.
Frente a esta problemática se convocó a las autoridades comunales, a las rondas campesinas, presidentas de comedores populares y la población. Ellos aceptaron el desafío de trabajar articuladamente para combatir las graves cifras de la anemia en Antauta.
“Nuestro rol ha sido capacitarlos, fortalecer y facilitar esa articulación. De esa manera, el Estado, liderado por su alcalde, y el centro de salud han intervenido mejorando las condiciones de salud de su población infantil”.
Debido a los resultados obtenidos a la fecha, el proyecto Sami es considerado un ejemplo para otros distritos.
Para el combate contra la anemia en este centro poblado, el proyecto ha proporcionado el suplemento vitamínico Feranin (hierro polimaltosado), considerado uno de los mejores medicamentos para el tratamiento de la deficiencia de hierro en niños, madres embarazadas y lactantes.
Agradable hierro
La encargada de la jefatura del centro de salud de Antauta, Libna Puga Guillén, sostiene que hay una respuesta positiva de los niños frente al suplemento.
“Los niños de la zona toleran mejor este hierro que el que entrega el Estado, ya que este tiene un sabor muy fuerte y es menos concentrado. Por otro lado, el Feranin es de un sabor más agradable y mucho más concentrado, por lo que no se requiere que el niño ingiera altas dosis”. Dicho suplemento es administrado por el centro de salud, donde también se efectúan los controles periódicos de hemoglobina.
En este centro, además, se desarrollan las sesiones demostrativas con el apoyo de las madres de familias, que de forma conjunta aprenden los cuidados del bebé. “Para asegurar que los niños no vuelvan a caer en la anemia, asesoramos en buenas prácticas alimentarias, que nos ayudan a obtener un mejor resultado en el tratamiento”.
Juguetes como armas
Uno de los actores esenciales en el proyecto Sami es el trabajo de las agentes comunitarias: madres que de forma voluntaria capacitan en la alimentación y el desarrollo cognitivo mediante el juego.
La agente comunitaria Raquel Sucasaire Reyes explica que para el desarrollo de la capacidad de aprendizaje se utilizan ciertos juguetes.
“Sea varón o mujer, hay cinco juguetes importantes: la pelota (ayuda al equilibrio), la muñeca (contribuye a erradicar el machismo, indicando que no es malo jugar con muñecas), los instrumentos musicales (aprende los sonidos), los rompecabezas (el lenguaje y manipular las manos) y los libros de cuentos (ayuda en el desarrollo de la imaginación)”.
Raquel comenta también que una de sus tareas como agente comunitaria es hacer el seguimiento diario a las familias.
“De marzo a junio, las visitas eran todos los días desde las 10 de la mañana para procurar que los niños hayan tomado el Feranin. Una vez acabado el plazo, se realiza el tamizaje para verificar si hay un buen resultado”.
La labor de las agentes comunitarias garantiza el éxito del tratamiento contra la anemia y el buen desarrollo del niño y su familia.
Retos a futuro
El proyecto Sami culminará el próximo año en Antauta. Para el alcalde del distrito, Marcos Soto, el principal reto será la continuidad de las actividades en pro de seguir disminuyendo los índices de anemia. “Nuestra preocupación es que esto sea sostenible y ello dependerá mucho de la siguiente autoridad”, afirma.
En la actualidad, se elabora el expediente técnico del proyecto de anemia y desnutrición, el cual asciende a un millón de soles, para solicitar el financiamiento por medio del Ministerio de Salud y asegurar la perdurabilidad del proyecto en la zona.
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