Máximo jefe militar en el Vraem admite que hubo informes que advirtieron sobre la presencia de terroristas en zona del ataque.
La violencia de Sendero Luminoso no se detiene en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Al ataque que dejó 10 muertos un día antes de las elecciones, se sumó ayer un reporte sobre un enfrentamiento entre nativos asháninkas y senderistas en Satipo. Horas antes, El Comercio conversó con el general EP Fernando Acosta, máximo jefe militar del Vraem, sobre cómo enfrenta el Gobierno a la subversión.
— ¿Reconoce que había informes de inteligencia que alertaban sobre el ataque?
En las notas del Comando Único Policial del 9 de marzo, además del análisis de antecedentes, se menciona que Sendero Luminoso “viene impulsando acciones con el propósito de boicotear el proceso electoral”. Los principales blancos objetivos eran funcionarios del JNE y de la ONPE.
— ¿Qué zonas se mencionaba en ese informe?
Las zonas de influencia senderista como Santo Domingo de Acobamba, Huancayo, Pangoa, Satipo, Llochegua, Ayahuanco, Sivia, Santillana, Huanta, Chungui, Santa Rosa, San Miguel, Anco, Ayna, Tambo, La Mar, Huamanga, Vilcabamba, Huachocollpa, Tintay Puncu y Tayacaja. Otras notas consideraban la zona de influencia del eje vial Quinua-San Francisco [esta vía une Huamanga con todo el Vraem], porque es una ruta de distribución de material electoral y desplazamiento de militares.
—¿Por qué las tropas viajaron por tierra y no por aire?
En el Vraem hemos movilizado a más de 2.500 efectivos por aire, priorizando los lugares donde había mayor riesgo.
— ¿Y por qué no en Santo Domingo de Acobamba?
Por factores climáticos, pero además en febrero se hizo un reconocimiento en la zona y se determinó que era de riesgo medio [precisando que todo el Vraem es vulnerable a ataques terroristas]. La patrulla que se dirigía a Matichacra fue la afectada por la emboscada. Llegaron en apoyo patrullas que estaban cerca, a una hora y media. Y una vez alertados, apenas las condiciones meteorológicas lo permitieron, nos desplazamos con apoyo aerotáctico. Finalmente, mediante la inserción de patrullas especiales, se rompió el contacto con los atacantes, casi nueve horas después de la emboscada.
— La pregunta es: ¿era posible evitar ese ataque?
¿Eso qué habría implicado, no enviar a ninguna patrulla? Nosotros teníamos una misión que cumplir: dar seguridad a locales electorales. En todo el Vraem hemos movilizado a 715 patrullas, más de 8.000 hombres para resguardar locales de votación; a la zona de Santo Domingo de Acobamba habíamos enviado 8 patrullas de unos 20 hombres por local de votación. Con o sin notas de inteligencia había que ir a este lugar.
— ¿Falló inteligencia?
Aún no hablaría de fallas. Los informes decían que prácticamente en toda la zona del Vraem iba a haber atentados, y nuestra principal preocupación era el eje Quinua–San Francisco. Se han dicho cosas que no son ciertas. En estos días se mostró una fotografía que supuestamente evidenciaba la presencia de una columna terrorista dirigida por Hugo Campos Córdova ‘Julio Chapo’ en la zona, aduciendo que era una imagen del 27 de marzo de este año. En nuestros archivos tenemos esa misma foto, tomada el 19 de enero del 2014 y en otra zona.
— La opinión pública percibe que se ocultó información. El presidente Humala habló de dos muertos y al final fueron 10. También se dice que se mandó personal sin experiencia a la zona.
No se ha ocultado información. El comunicado inicial del Comando Conjunto habla de informaciones preliminares y resultados iniciales. Recién se pudo tener los datos exactos una vez que se empezaron a conducir las operaciones de desenganche de la emboscada y de búsqueda y rescate del personal afectado. Respecto del personal empleado en estas zonas, ellos son tropa regular. No tenemos la capacidad para emplear personal de fuerzas especiales en 715 locales. Los que viajaron no iban a operaciones de reconocimiento y combate, sino a dar seguridad. El Gobierno ha iniciado un proceso de investigación. No estoy rehuyendo ninguna responsabilidad, estoy dispuesto a asumir las responsabilidades que hubiera.
Fuente: El Comercio