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CIUDADANÍA ORGANIZADA DEBE RESPONDER CONTUNDENTEMENTE INEPTITUD DE AUTORIDADES EN PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE DESASTRES

Expresidente del Consejo Directivo del Centro Nacional de Planeamiento estratégico (CEPLAN) Carlos Anderson, cuestionó también el lastre que significa la existencia de un Estado vertical y jerárquico, en el que todos sus estamentos “están mirando hacia arriba”.    

RCR, 04 de marzo de 2019.-  La ineptitud reiterada de las autoridades y la falta de una planificación gubernamental adecuada para la prevención y atención de desastres, entre otras incapacidades y desatenciones, tienen que ser respondidas contundentemente por la ciudadanía organizada, demandó el expresidente del Consejo Directivo del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) Carlos Anderson.

”Yo creo que es hora ya de que la ciudadanía como tal exprese su hartazgo con un Estado ineficiente. Porque no es posible que se caiga un puente y nadie vaya preso. ¿Usted sabe lo que pasaría en Estados Unidos si un puente se cae? Va preso quien lo diseñó, va preso quien lo ejecutó, va presa la autoridad que no supo supervisarlo, etc. Hay repagos, etc. Y aquí no pasa absolutamente nada”, subrayó.

En ese sentido, exigió que apliquen castigos para quienes infrinjan las normas y no ejecuten las obras bajo su responsabilidad.  “Al final de todo, lo más importante es la respuesta ciudadana, el poner de manifiesto el hartazgo que sentimos los ciudadanos frente a la indolencia de gobernadores, alcaldes, etc.”, recalcó.

El exfuncionario estimó que esa respuesta popular debe ser similar a la realizada por la ciudadanía organizada, a través de las redes sociales, y en las que le transmitió a la clase política del país “que ya no estaban dispuestos a soportar los niveles masivos de corrupción, grande o pequeña”.  

Señaló, sin embargo, que la ciudadanía -sobre todo, la de los sectores menos favorecidos- tiene que tomar conciencia de que “es un poco tonto” exponerse gratuitamente, colocándose en situaciones de alto riesgo, como huaicos y deslizamientos.   

“En una relación Estado-ciudadanía, lo que el Estado debería hacer es generar programas masivos de viviendas sociales que permitan a esa gente que está viviendo actualmente en zonas de alto riesgo, que puedan acceder a casas baratas, pero que tengan las seguridades del caso”, apuntó.     

En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Anderson cuestionó también el lastre que significa la existencia de un Estado vertical y jerárquico, en el que todos sus estamentos “están mirando hacia arriba”.     

“Si el presidente quiere que mañana los cerdos se vistan de azul, le aseguro que el resto se mueve para que estos cerdos se vistan de azul. Si el presidente muestra que tiene una voluntad férrea de que esta situación se corrija, el Norte y el Sur se reconstruyan, le aseguro que esto sucede. Pero tiene que haber esa voluntad, hasta física y manifiesta, de que ése es el caso”, puntualizó.    

Indicó que en este panorama eminentemente parcelado en el que los ministros, gobernadores regionales y demás autoridades se sienten “dueños” de sus respectivos estamentos y actúan como si fuesen sus propios feudos, el CEPLAN y otros organismos especializados de Estado que tienen una función en el papel, “no están empoderados para poder cumplir su tarea”.

Planes sin presupuestos y presupuestos sin planes

“Existen planes sin presupuestos. Y un plan sin presupuesto es, simplemente, una lista de buenos deseos. Por otro lado, existen presupuestos sin planes. Y los presupuestos sin planes son simplemente listas de compras”, aseveró.

Anderson recordó que mientras por un lado nos vanagloriamos de tener tasas de crecimiento muy altas, de estar próximos a ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o de tener más de US$ 65 000 000 000 (sesenta y cinco mil millones de dólares) en reservas; pero, a la vez, dos mil colegios “que se caen a pedazos”. “Si alguien no tiene ese sentido de urgencia es porque no quiere a su país”, enfatizó.

Al ser consultado sobre la marcha económica del país, dijo tener una vista distinta a la de sus colegas economistas, basados en el frío manejo de cifras macroeconómicas, ya que -anotó- el desarrollo de un país implica que las personas tengan acceso a ciertas cosas básicas de la vida.

“Que puedan tener acceso a una vivienda y educación dignas para sus hijos. Que puedan tener acceso a moverse sin temor a ser asaltados, a la vuelta de la esquina. Y en ese campo de las libertades, nos queda muchísimo que recorrer. Y lo peor de todo es que seguimos manejando las cosas sin tener objetivos claros”, remarcó. 

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