RCR, 08 de noviembre de 2024.- Oscar Huacho, especialista del Programa Nacional Aurora del MIMP, destacó el trabajo del Centro de Atención Institucional (CAI) en la reeducación de hombres agresores, con el fin de reducir la violencia de género en el país.
“Este centro brinda una intervención reeducativa a través de psicólogos y trabajadores sociales con el objetivo de reeducar estas creencias, ideas, pensamientos, percepciones que tienen sobre la pareja, el uso de la violencia y las relaciones familiares, como una estrategia para contribuir a la protección de las mujeres y las familias que viven en situación de violencia”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Huacho señaló que en lo que va del año, el CAI ha intervenido en 2326 casos en Lima Metropolitana, Callao, Ayacucho, Cusco, Arequipa y Madre de Dios, en coordinación con municipalidades, juzgados y programas sociales. “El CAI articula con otros programas, con el Centro de Emergencia Mujer, con la línea 100, con el Servicio de Atención Urgente y también con los juzgados de familia”, precisó.
Agregó que este servicio multisectorial evalúa a los agresores para definir las medidas pertinentes en atención al protocolo de intervención reeducativa. “Estos participantes pasan a una evaluación psicológica y social, para determinar si hay otros factores de riesgo, como consumo de sustancias psicoactivas, alcohol o drogas”, detalló.
En ese sentido, subrayó que el protocolo ha sido actualizado para mejorar la coordinación con los juzgados y realizar mayor seguimiento a los casos críticos.
“Si vemos que en estos seguimientos los mismos usuarios manifiestan o identifican problemas preocupantes, el Servicio Social inmediatamente activa la alerta para coordinar con el Centro de Emergencia Mujer y hacer el seguimiento, ver qué está pasando en esta familia y comunicar estas situaciones al juzgado para que adopte las medidas pertinentes”, explicó.
Finalmente, sostuvo que el objetivo principal del CAI es crear conciencia en los agresores sobre sus conductas y enseñarles estrategias de control de ira para evitar que estas actitudes se repitan en el futuro.
“El objetivo, es que entiendan que sus conductas son violentas y que esta violencia no solamente perjudica a la madre de sus hijos, a su pareja o expareja, sino también a sus integrantes del grupo familiar. El otro objetivo con lo que ellos salen es que van asumiendo responsabilidades”, concluyó.