La APEPA del Valle de San Lorenzo, en dos años registra un significativo crecimiento en producción y ventas de mango, pues ha logrado aprobar dos Certificaciones internacionales para colocar sus productos en mercados de Asia, Europa, Estados Unidos y Canadá.
RCR, 20 de mayo 2018.- La demanda por la producción de mango que se cosecha en el Valle de San Lorenzo registra un gran potencial de crecimiento en los mercados de Asia, Europa, Estados Unidos y Canadá, pero un requisito obligatorio para colocar el producto es que los exportadores del Perú cuenten con todas las certificaciones técnicas que exigen las instituciones calificadoras de los países compradores, desde los métodos de cultivo hasta la forma del empaque de salida, señaló José Luis Domínguez Vera, presidente de la Asociación de Pequeños Productores Agrarios del Valle de San Lorenzo (APEPA).
En comunicación con el programa Amanecer en el Campo para Radio La Mejor de Tambogrande, precisó que el denominado mango aéreo – de color rojizo, con un estado superior a 8 grados y un promedio de peso de 450 grs., presenta mayores ventajas para su venta al exterior, pero existirían algunas trabas por las limitaciones que presenta la infraestructura física de las plantas empacadoras que operan en Piura.
“Existen cuatro plantas empacadoras en toda la región, tres de ellas funcionan en el Valle de San Lorenzo, en Tambogrande, y la otra está instalada en Paita, las que al igual que el producto, deben contar con certificaciones técnicas que exigen los países importadores. Por ejemplo, en el caso de Corea y Japón, ellos envían auditores que verifican si dichas plantas cuentan con el proceso de tratamiento hidro térmico adecuado para aprobar la compra del producto”, informó.
MANGO DE FOTOGRAFÍA
En lo que se refiere al producto en sí, Domínguez Vera señaló que el mango aéreo tiene certificaciones técnicas específicas que se deben cumplir obligatoriamente. “La presentación es esencial. Se debe mostrar prácticamente un mango de fotografía, en un buen empaque, enmalladas, y sin un rasguño. Para llegar a ese nivel, muchos productores deben realizar una restructuración técnica desde el campo para que la fruta cumpla con las especificaciones”, indicó.
Explicó que para la exportación es necesario cumplir con tres certificaciones: la que verifica que el producto es orgánico; la Global Gap referida a la conformidad de buenas prácticas agrícolas en el campo; y la Certificación social, que se refiere al Comercio Justo.
Comentó que la Asociación que representa, en los dos años que tiene operando, registra un significativo crecimiento en producción y ventas de mango, pues ha logrado aprobar dos Certificaciones internacionales para colocar sus productos en el exterior.
“Ahora estamos abocados en conseguir la Certificación de Comercio Justo, que permitirá que todos los asociados reciban una retribución de un dólar por cada caja de cuatro kilos que se logre vender en el mercado exterior”, reveló.
El dirigente lamentó que la mayoría de los más de 5 mil pequeños productores del Valle de San Lorenzo no estén asociados, por lo que no cuentan con las Certificaciones necesarias que les permitirían acceder a los mercados internacionales, aumentar sus ingresos y mejorar su calidad de vida y la de sus familias.