Exalcalde de Tambobamba, Luis Calderón Jara, cuestionó también que la falta total del compromiso del Estado, y los sucesivos gobiernos, con el seguimiento y acompañamiento de los proyectos de desarrollo para las provincias y regiones, esté motivando la multiplicidad de conflictos y convulsiones sociales existentes en el Perú.
RCR, 27 de mayo 2019.- La provincia de Cotabambas (Apurímac) reclama la aplicación de un verdadero Plan de Desarrollo integral que incluya y consolide todas necesidades básicas e insatisfechas de población, así como los proyectos a corto, mediano y largo plazo, y no el mero plan de inversiones que se viene discutiendo actualmente, demandó el exalcalde de Tambobamba, Luis Calderón Jara.
“Insisto en que debemos apuntar a un Plan de Desarrollo real y provincial, donde haya un diagnóstico situacional que consolide todas las necesidades básicas e insatisfechas de la provincia, con proyectos a corto, mediano y largo plazo. Creo que ese es el instrumento en el que sí tenemos que trabajar nosotros… Los planes actuales están desfasados y han sido sesgados. Por ejemplo, la actividad minera y la presencia de las empresas no está contemplada”, subrayó.
La ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Paola Bustamante, junto a otras autoridades del Ejecutivo, instaló –en la Plaza de Armas de Tambobamba- la Comisión Multisectorial “Espacio de diálogo y cumplimiento de compromisos para el desarrollo de la provincia de Cotabambas y del distrito de Progreso de la provincia de Grau, departamento de Apurímac”.
La exautoridad edil insistió en precisar en que el actual Plan para Cotabambas, planteado recientemente por el entonces ministro de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra, no es un plan de desarrollo integral, sino un plan de inversiones que no ha sido consensuado, aunque existan proyectos y compromisos importantes.
En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Calderón Jara cuestionó también que la falta total del compromiso del Estado, y los sucesivos gobiernos, con el seguimiento y acompañamiento de los proyectos de desarrollo para las provincias y regiones, esté motivando la multiplicidad de conflictos y convulsiones sociales existentes en el Perú.
“Durante este proceso, lamentablemente, ha habido compromisos del Ejecutivo y de diferentes gobiernos. Y esos compromisos no se han ejecutado y dado cumplimiento. Entonces, uno de los factores, aquí y en muchas regiones, es el incumplimiento de los compromisos del Estado, como también de la empresa. Y es uno de los factores que ha motivado estas movilizaciones”, enfatizó.
Dijo que otro de los factores que ha influido en la falta de continuidad de los proyectos de desarrollo ha sido la permanente inestabilidad de los sucesivos funcionarios y autoridades que se han venido sucediendo en el tiempo y que han evitado darle el cumplimiento y la continuidad que éstos requieren para su aplicación.
“En la población hay una terrible desconfianza porque ya no cree en lo que se dice en estas Mesas (de Trabajo), porque siempre estamos debatiendo los mismos temas, y pareciera que es de nunca acabar… Tiene que haber seriedad y con plazos para la ejecución de los proyectos y los compromisos. Solo así podrá creer la población”, apuntó.
A manera de autocrítica, reconoció la ocurrencia, en los últimos años, de una falta total de liderazgo en la gestión administrativa, por parte de los gobiernos distritales y provinciales.
“Y ese liderazgo tiene que ser sobre la base de proyectos a largo plazo. Quizás eso falta. Y en los lugares donde hay plata y recursos está detrás la tentación de la corrupción. Nos duele mucho que un exalcalde esté prófugo, (porque) es un desprestigio para la provincia. Los mejores líderes tienen que llevar por adelante la responsabilidad y la honestidad. Si no hay eso, evidentemente que la población ha perdido la confianza en ellos”, aseveró.
El exburgomaestre explicó que en su análisis situacional sobre el problema de la conflictividad social, en la región Apurímac, existen cuatro factores que han originado este problema.
“1- El primero, es la presencia de la actividad minera, en la pequeña, mediana y gran minería, por las expectativas desmesuradas en las empresas (inversoras); 2- las delimitaciones territoriales, motivas por el factor económico, (ya que) donde actividad minera hay conflictos territoriales entre comunidades, distritos, provincias y regiones. 3- El otro factor, es el incumplimiento de los compromisos, por parte del propio Estado, en los diferentes niveles de gobierno. 4- Y el último factor que ha originado los problemas, es el tema ambiental… Habría que tomar en cuenta estos factores para enfrentar una política real”, especificó.
Gestionamos una administración de izquierda promotora de las inversiones
Señaló que su administración de izquierda estuvo caracterizada por la promoción de la inversión y, específicamente, por la concreción del proyecto minero de Las Bambas, pero siempre basada que en el principio fundamental de la vocación de servicio a la población.
“Pero para llevar adelante este principio toda autoridad tiene que concertar con la población organizada, porque no puede trabajar al margen de la sociedad civil y de quienes confiaron. Y en ese proceso, hemos llevado eventos y audiencias públicas en todos los distritos… Si usted trabaja con la población, va a tener respaldo y va a prosperar. Pero si trabajamos a las espaldas y no lideramos, entonces estamos en camino equivocado”, remarcó.
El exalcalde de Cotabambas consideró que la actividad minera constituye una gran oportunidad, en la medida que posicione positivamente que va a generar desarrollo e inversión.
“Entonces, por eso apostamos. Por una minería responsable, que genere desarrollo y que beneficie más que todo a las zonas de su esfera influencia y, finalmente, a la región y al país. Porque los recursos que genera hoy, no solamente se beneficia Cotabambas, sino todo el país. Porque ha incrementado el Producto Bruto Interno (PBI)”, puntualizó.
En ese contexto, aclaró que la izquierda no es antiminera, sino que exige que la acción de una minería responsable que genere desarrollo, y no de una actividad irresponsable que genere recursos, se lo lleve para sí y no deje nada para la población. “Entones, esa es nuestra perspectiva”, concluyó.
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