RCR, 23 de Octubre 2022 .- El ingeniero y ecologista David Landa, integrante del colectivo Moyobamba 500, dijo que la Amazonía tiene el potencial de criar insectos especiales que se pueden convertir en la reserva alimenticia del mundo y frenar la emisión de gases de efecto invernadero. Explicó que recientes investigaciones han demostrado que la carne común y corriente tiene una reserva proteica de 5%, mientras que los gusanos tienen más del 80% de proteínas en su composición.
“En el balance que se hace de alimentación y producción de carne. En ese balance el ganado vacuno necesita consumir más o menos 14 kilos de forraje para producir un kilo de carne, pero esa carne tiene muchísimo menos proteínas que los insectos. Entonces para producir un kilo de proteínas a partir de insectos, el insecto solamente consume 1.2 kilos de alimentos”, dijo.
Remarcó que los insectos no generan gases de efecto invernadero. “Su incidencia y su huella carbono y metano son tan bajas que realmente son absolutamente benéficas en la comparación. Consumen menos alimentos, producen más proteínas y no generan misiones de efecto invernadero”, indicó en la secuencia “Reflexiones amazónicas” de RCR.
“Por ejemplo, en Alemania se está trabajando con mucha atención con los insectos. En el caso del gusano de la harina de trigo, en granjas en el sur de Alemania, han descubierto que las reservas proteicas de ese gusano son inmensas. Por ejemplo, podríamos decir que, haciendo un balance, la carne común y corriente tiene la reserva proteica de 5%, los gusanos van a tener casi más al 80% de proteínas en su composición”, afirmó.
Señaló que Colombia está liderando los trabajos en Sudamérica referentes a la investigación de los usos alimenticios de los insectos y están trabajando con una especie de grillo y hasta con cucarachas. “En Norteamérica se hace el trabajo con la hormiga colorada para hacer hamburguesas. También en Colombia se le da mucha atención a la hormiga en sus investigaciones”, precisó.
Destacó que el balance es impresionante si uno lo proyecta desde el punto de vista ambiental. “En la actividad ganadera se desforesta y la ganadería genera metano etano y óxido nitroso, que son los dos agentes más poderosos de efecto invernadero, o sea, están acumulando moléculas de metano o de óxido nitroso en la atmosfera y evitando que los rayos de onda corta regresen al espacio y se produce el calentamiento global y se distorsiona el clima”, apuntó.
“El potencial existe y tiene un alcance global. Para más o menos tratar de ilustrar la situación de la potencialidad de esas reservas alimenticias exóticas en la Amazonía tendría que esbozar un panorama global ambiental. Estamos caminando hacia una crisis alimentaria global y que se acentúa porque tenemos también estrés hídrico que hace que las superficies dedicadas al cultivo van a ir reduciéndose por la falta de agua”, resaltó.
Manifestó que en la Amazonía falta un enfoque de gestión del territorio, donde se tiene la potencialidad. “Nuevamente volvemos al modelo de Estado limacéntrico y nosotros acá en nuestro territorio que conocemos nuestra realidad, estamos atados, porque no tenemos las competencias y no generamos investigación al respecto. Por ejemplo, necesitamos universidades con un enfoque amazónico, que puedan ofrecer carreras que tiene que ver con lo que el territorio ofrece”, apuntó.
“Lo cierto es que frente a este panorama un elemento biológico empieza a tener preponderancia en el planeta y empieza a captar la atención de los científicos y de los que están preocupados por ese panorama futuro de la crisis alimentaria que se avecina y como siempre es en el norte del hemisferio que se empiezan hacer esfuerzos de investigación al respecto”, subrayó.
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