“Sería muy interesante que el Congreso cite a Raymundo Nonato Trindade Serra, ese barbado gerente de Odebrecht-Perú que sabe muy bien qué periodistas fueron remunerados por Odebrecht”.
No solamente varios políticos, constructores y funcionarios son los actores locales que están embarrados con este huaico de corrupción brasileña en nuestra patria. También hubo gente de otro sector profesional colaboracionista: los periodistas. Duele decirlo, pero muchos coleguitas se dejaron seducir o auspiciar por la “geleia” (mermelada) brasileña, a través de medios indirectos como “charlas”, “talleres”, avisos, “consultorías”, redactar “libros decorativos”, “asesorías”, etc., que eran generosamente retribuidos. ¿O por qué creen que en el gremio éramos tan contados aquellos que denunciábamos, desde hace años, la corrupción brasileña? ¡Incluso hasta se burlaban de uno! Ojo, que distingo de aquellos colegas que abierta y públicamente trabajaban para estas firmas, como era su normal derecho laboral.
Por eso, sería muy interesante que el Congreso cite a Raymundo Nonato Trindade Serra, ese barbado gerente de Odebrecht-Perú que sabe muy bien qué periodistas fueron remunerados por Odebrecht por todas estas actividades “conexas” al ser el encargado de coordinarlas. Ciertamente, lo anterior no es un delito (un “mermelero” no es un criminal, sino un pendejo), pero la transparencia nunca está de más.
Y otro sector destacado de la prensa no pecó de maloso pero sí de ingenuo, como el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), que, junto a la también organizadora PUCP, permitió que Odebrecht le financie los jugosos premios anuales que se entregaron a periodistas desde enero del 2014 hasta setiembre del 2015. ¡Hacía rato que se sabía que estos no eran unos santos! Mucho coleguita de La República, así como rojimios y caviares fueron laureados. Sería moralmente magnífico que especialmente todos estos izquierdistas coleguitas premiados donen ahora los dineros obtenidos a la caridad, pues esa es plata sucia.
Fuente: Perú 21