La CONFIEP y sus 22 gremios de la pequeña, mediana y gran empresa condenan el acto vandálico perpetrado contra la compañía acuícola Piscis y cientos de sus trabajadores en Puno. Esta acción delincuencial no refleja ni justifica ningún tipo de manifestación o protesta de índole social o político, sino por el contrario, atenta contra la alimentación de miles de personas y genera cuantiosas pérdidas para una región que necesita recuperar su economía.
La delincuencia, en cualquiera de sus formas, no puede ser considerada como un ejercicio de las libertades políticas de los ciudadanos. Por el contrario, este tipo de acciones restan legitimidad a las demandas sociales vinculadas a generar acciones tendientes a cerrar las diversas brechas sociales que siguen vigentes en nuestro país. Por ello, hoy más que nunca se debe deslindar de la violencia y la criminalidad, las cuales jamás podrán ser justificadas como un medio de protesta.
A este hecho vandálico, se suman una serie de ataques contra empresas productoras, operaciones mineras, centros comerciales, agencias bancarias, además de aeropuertos, sedes del Poder Judicial y del Ministerio Público, que atentan contra la institucionalidad y el normal funcionamiento de nuestro país.
Desde la CONFIEP volvemos a llamar al diálogo. Exhortamos a las autoridades a investigar estos hechos y a establecer las sanciones que correspondan a quienes resulten responsables por estos hechos que sólo generan retraso para Puno y para nuestro país en general.
La violencia sólo genera más pobreza