Presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza Federico Arnillas manifestó también que el reto del Perú, planteado en el Acuerdo de Gobernabilidad, de cara al bicentenario de la Independencia, es reducir al 20 % los niveles nacionales de anemia y desnutrición crónica.
RCR, 28 de agosto 2018.- Las experiencias modélicas de acción conjunta en el combate de la anemia y la desnutrición crónica en distritos de zonas alto andinas, desarrollado por sus autoridades locales y la empresa privada que opera en dichas áreas son muy importantes y efectivas, afirmó el presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza Federico Arnillas.
“Sí, por supuesto. La empresa privada, la comunidad organizada y los gobiernos locales, son los actores de la primera línea de combate contra estos flagelos que está sufriendo nuestra infancia”, subrayó en referencia al proyecto de desarrollo infantil SAMI, aplicado por una alianza estratégica entre la ONG Sumbi y la compañía minera Minsur, que permitió reducir sustancialmente los índices de anemia entre los niños mayores de un año del distrito de Antauta (provincia Melgar, Puno).
“Experiencia como la que usted menciona hemos recogido en otras regiones del país, donde justamente las mejoras en las prácticas de saneamiento e higiene tiene un peso muy importante en la explicación de la reducción de los niveles de la anemia”, apuntó.
En diálogo con Red de Comunicación Regional (RCR), Arnillas manifestó también que el reto del Perú, planteado en el Acuerdo de Gobernabilidad, de cara al bicentenario de la Independencia, es reducir al 20 % los niveles nacionales de anemia y desnutrición crónica.
En ese sentido, dijo compartir la preocupación nacional ante el incremento de la cifra nacional de anemia de 43.6 por ciento a 46.6 por ciento, en el primer semestre de 2018. “Es un tema que desde la Mesa hemos llamado la atención desde el año 2010”, anotó.
Explicó que al revisar los índices estadísticos, y a diferencia de lo que ocurría en otros países, “bajábamos la desnutrición crónica, pero no lográbamos cambiar los indicadores de anemia”.
Refirió que el incremento de la anemia en las zonas urbanas tiene que ver con la falsa idea de que la gente que come está bien nutrida, y eso -anotó- no necesariamente ocurre. “Es decir: la comida que se está ingiriendo no tiene los componentes necesarios. En este caso, el hierro”, apuntó.
Tras indicar que esa malnutrición no solamente ocurre como consecuencia de la pobreza monetaria, sino por malos hábitos nutricionales, Arnillas precisó que ello se manifiesta en los indicadores sobre quintiles de ingreso, como es el caso del superior, el de más altos ingresos, en el que la prevalencia de anemia es del 30 por ciento.
El titular de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza advirtió igualmente que los niveles de anemia se han multiplicado exponencialmente en el segmento poblacional más vulnerable como son los bebes entre seis a ocho meses, cuyas cifras están muy por encima de los promedios nacionales.
Escuchar entrevista…