RCR, 17 de agosto de 2020.- Consuelo Napaico, psicóloga clínica y educativa, sostuvo que en las zonas rurales de todo el país hay una frustración latente entre los niños por no tener acceso a la educación a distancia que requiere de una tablet y de cobertura de internet. También dijo que el estrés es otro los problemas por los que pasan la mayoría de escolares en todo el país por la situación de confinamiento.
“En las zonas rurales hay una frustración latente porque no se tiene estos medios donde se está promoviendo ahora la enseñanza. Entonces, pensemos en estos chicos que quieren aprender y en los padres de familia que sienten esa impotencia de no poder hacerlo, porque no les pueden permitir los medios que necesitan sus hijos para lograr esa educación virtual que se está promoviendo”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Remarcó que “hay una frustración grande porque los chicos tienen esa idea en la cabecita de que la única forma de aprender es a través del uso de estas tecnologías”. “Al no tenerlas tienden a pensar por que algunos son favorecidos y otros no y eso genera una frustración”, puntualizó.
También resaltó que “hay una situación alarmante donde hay muchos chicos que están pasando por una situación de estrés, ansiedad y depresión”. “Hay chicos que también están pasando por una situación de violencia familiar, donde hay que tomar cartas en el asunto y trabajar mucho por la prevención”, dijo.
Expresó que “el estrés en los chicos presenta características como, por ejemplo, problemas en el sueño, ya no duermen como dormían antes, porque esta tensión no les permite conciliar el sueño con facilidad”. “De repente, tienen terrores nocturnos, se están levantando con frecuencia, tienen pesadillas. Chicos que están siempre con un desanimo, que las cosas que antes los motivaban ahora ya no les gusta, de repente quieren estar solos, ya no quieren compartir, que están renegones y por otros momentos bastante tristes”, anotó.
“Una de las situaciones por las cuales muchas familias se quejan es por la enseñanza virtual que están teniendo los chicos, donde se está promoviendo el uso de la tecnología. Con el uso de estas pantallas de celulares, tablets y televisor, por un lado, se quiere enseñar a los chicos, pero por otro lado se está promoviendo otras situaciones. Por ejemplo, la baja tolerancia a la frustración, chicos que quieren las cosas de inmediato, que si no les dan lo que quieren hacen berrinches”, comentó.
Educación virtual no es suficiente
Napaico subrayó, asimismo, que “los niños piensan, en la mayoría de casos, que la educación virtual no es suficiente”. “Obviamente no se puede comparar con la educación presencial, porque favorece el vínculo del docente con el alumno, lo cual es bastante sano para fomentar el aprendizaje”, aseveró.
Observó que “en educación inicial no tiene sentido que un niño de cinco años este sentado mirando una pantalla, que genera dependencia del uso de la tecnología, ellos tienen que aprender conciencia y psicomotricidad a través de ejercicios”. “En primaria sería mejor que tengan facilidades para el fomento de la lectura, ahora los chicos ya no están leyendo, ya perdieron esas ganas de leer los libros y cuentos que los ayudan a desarrollar los procesos cognitivos como atención, concentración y memoria. Sería importante que se favorezca la investigación en secundaria”, apuntó.
“El martes 11 he presentado proyectos importantes de salud mental a la municipalidad de La Molina. Primero, desarrollo de habilidades socioemocionales en niños y adolescentes, que es importante para generar la inteligencia emocional que se necesita hoy en día. Un programa importante de prevención de violencia familiar y empoderamiento femenino. Un curso de manejo de ansiedad y de la depresión. Un curso taller para prevenir el aspecto emocional a raíz del COVID-19”, destacó.
Mencionó que “otro factor es que ya no hay tiempo para interrelacionarse”. “No es porque no haya tiempo, sino porque los chicos prefieren estar mirando las pantallas nuevamente en lugar de tener comunicación con las personas que los rodean en casa. No hay ese apego y ese vínculo sano que se debe establecer entre padres e hijos, donde se favorece la comunicación”, señaló.
“Estos aparatos también generan una dependencia a tal punto que ya se llega a hablar de situaciones de adicción, donde uno de cada 10 chicos de 8 a 18 años están presentando esa situación. Antes de la cuarentena ya se veían estas situaciones y ahora dada esta pandemia y la enseñanza virtual se ha incrementado. Es importante tenerlo en cuenta y como estas situaciones influyen en la tensión familiar que pueda haber en el hogar. El hecho que los padres sobreexigen a los chicos en el cumplimiento de las tareas, que tienen que presentar todos los días”, indicó.
Manifestó que “otro factor son las patologías y lo que está sucediendo con la dependencia de los celulares y una de las características es que esto repercute en las funciones ejecutivas como los niveles de atención y concentración”. “Entonces, vamos a ver a chicos más distraídos y con baja tolerancia a la frustración, chicos demandantes que quieren todo de inmediato y rápido, chicos que tienen problemas conductuales, problemas en el sueño también. Hay chicos que tienen la tecnología en su habitación y eso no permite que tengan un sueño adecuado. Incluso hay chicos que presentan rasgos de bipolaridad y con grados de ansiedad”, remarcó.
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