RCR, 29 de julio de 2020.- El presidente de la Federación Médica del Cusco y docente de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, Manuel Montoya, señaló que las autoridades regionales de salud deberían reforzar los hospitales de Quillabamba, Espinar y Sicuani, para atender de manera inmediata y temprana a los pacientes de dichas localidades y detener el incremento de muertes por COVID-19.
“El hospital de Quillabamba debe fortalecerse hace rato. En Sicuani y en Espinar, en zonas donde hay capacidad para recibir a pacientes hospitalizados y en cuidados intensivos, eso tiene que estar muy bien reforzado para que no lleguen a colapsar los hospitales de la ciudad del Cusco”, indicó el galeno a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Remarcó que “si estamos en una epidemia debemos determinar los puntos donde se va a manejar esto”. “Es necesario determinar el hospital COVID, en este caso sería el Hospital Regional del Cusco, donde se podría disponer de 500 camas más y trabajar el hospital como se trabaja en un área de bioseguridad donde no haya un resquicio en el personal y los pacientes sean estrictamente seleccionados y no se conviertan en un foco de contagio a nivel comunitario”, destacó.
Señaló que “tienen que reforzarse los cinturones de contingencia, los casos leves tienen que ser manejados ahí, ya no hay que estar derivando y movilizando gente que puede contagiar”. “En Quillabamba se está dando este fenómeno, lamentablemente allá no se ha estructurado el sistema. Hace una semana, Quillabamba era el foco y ahora nosotros, como capital, ya los estamos superando de lejos y la enfermedad va ir avanzando, Espinar, Sicuani, es un problema que no se manifiesta en un momento para todas las provincias, esto va avanzando paulatinamente”, dijo.
Advirtió que “el hospital del Seguro Social ya colapsó y el hospital regional está en su límite”. “Hay una cosa importante que sería bueno que los colegas internalicen y es que debemos dejar de priorizar las pruebas rápidas y moleculares, y priorizar el cuadro clínico de los pacientes y las imágenes radiológicas. En estos momentos, si vemos un cuadro respiratorio es COVID si no se demuestra lo contrario”, expresó.
“Por ejemplo, si tenemos a un paciente que viene de un área que ya sabemos que el contagio es altísimo no podemos estar en la disquisición de si es faringitis y neumonía, porque ese espacio que puede ser uno o dos días puede significar la vida o la muerte del paciente. Entonces, cuadro respiratorio, tratamiento inmediato y seguimiento como si fuese un cuadro de COVID. De esa forma vamos a reducir la mortalidad grandemente. Los sitios donde mas se han demorado, han tenido mayor mortalidad”, subrayó.
Especialistas y toma decisiones
Montoya también informó que “se está coordinando con la dirección regional de salud para que los especialistas tomen las decisiones que se tienen que seguir”. “Eso de designar comandos COVID con dirigentes y relegando a los especialistas para que tomen las decisiones, nos esta llevando a dar pasos errados, porque muchos de estos comandos están integrados por gente que tiene actividad política y están jugando con la salud y la vida. Esto ha pasado probablemente en Arequipa y otros sitios y acá también está pasando”, aseveró.
Resaltó que “el área de salud ocupacional, el área de salud del trabajador, debe ser un área independiente, para manejar y controlar y proteger al trabajador de salud, porque estamos perdiendo ya el 25% de trabajadores asistenciales, contagiados en una semana”. “Entonces, vamos a tener problemas en atender a la gran cantidad de pacientes que están saturando los servicios”, dijo.
Mencionó que el comportamiento de la enfermedad tiene que ver con la movilización de la gente. “Nosotros hemos recibido muchos pacientes que han venido de Lima y han aumentado el número de contagios que teníamos en la región. La forma de estar larvada en las zonas altas es un poco más prolongada que en las zonas bajas, pero la infección se disemina y sigue el patrón de la curva ascendentes de otros sitios. Esto lo estamos viendo también en Junín y Ayacucho, donde el impacto es mucho más fuerte que en Arequipa”, puntualizó.
“El problema es que nos hemos confiado que acá no iba a ver un impacto tan fuerte como en las zonas bajas y ha habido un relajamiento en la adecuación de los establecimientos de salud. Se esta tratando de tomar algunas medidas antes que esto termine desbordándose y haya una catástrofe como sucede en las ciudades”, indicó.
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