Fuente : Diario Expreso
G&M, socia de Odebrecht, tiene contrato firmado hasta el año 2034 por gestión de cinco terminales de Petroperú.
La principal limitante para la existencia de competencia en el mercado de combustibles líquidos en el Perú es la falta de capacidad de almacenamiento; dos agentes de mercado concentran los terminales: Petroperú, que tiene una capacidad de 3.64 millones de barriles (MMB) y la subsidiaria peruana de Valero Energy Corporation que dispone de 1.18 MMB.
La posición dominante la tiene la infraestructura de la petrolera estatal, sin embargo, solo gestiona el 40%, mientras que el 60% es controlada por el Consorcio Terminales (CT), que está conformado por Graña y Montero Petrolera (GMP) y la multinacional Oiltanking que opera en 23 países.
CT tiene a la fecha un contrato otorgado por la petrolera del Estado en junio de 2014, que culmina el 2034 y que le permite gestionar cinco terminales: Eten, Salaverry, Chimbote, Supe y Callao, que totalizan una capacidad de almacenamiento de 2.20 MMB. Es más, entre junio de 2014 y noviembre de 2019, tuvo el manejo del 100% de la capacidad, pues también tenía a cargo la infraestructura de: Pisco, Mollendo, Ilo, Juliaca y Cusco, que pasaron en noviembre del año pasado a ser controlados por su propietario Petroperú.
ALMACENAMIENTO Y COMPETENCIA
El mercado peruano de combustibles líquidos se caracteriza por tener precios a nivel explanta y a consumidor final superiores a los de importación de un mercado relevante, incluido el margen del importador, llegando a ser el sobreprecio del orden del 15%. En este orden de ideas, la pregunta inevitable es ¿por qué no aparece un agente importador que oferte precios más bajos? La respuesta es que hay una gran limitante, que es el almacenamiento. La inversión y gestión en infraestructura de almacenar combustibles es una tarea especializada, tanto es así que en el Perú recién está a punto de despegar con algunas iniciativas privadas que se inician en el sur, principalmente en Ilo. Cuando en los años 90, específicamente a partir de 1996, se inició el proceso de transferir los terminales a gestión privada, más que pensar en una herramienta de competencia se hizo en la absurda teoría de la desconcentración vertical de Petroperú, dejándola solo con la actividad de refinación con la privatizada a favor de la española Repsol, Refinería La Pampilla SA (Relapasa).
¿HA SIDO RENTABLE CEDER TERMINALES?
Hay dos maneras de mirarlo:
1) Comparar lo que ha recibido Petroperú por pago inicial y por renta con los pagos que ha realizado por el servicio. Los partidarios de esta posición llegan a la conclusión que Petroperú ha pagado más de lo que ha recibido.
2) Comparar a valor actual, usando el costo de capital (COK) de Petroperú, los pagos efectuados a CT por el servicio de almacenamiento y despacho, menos el flujo de los pagos recibidos y de la amortización de las inversiones realizadas. Me inclino por este escenario.
La evaluación en el escenario 2 no es posible realizarla mientras no sea completamente transparente la ejecución de las inversiones exigidas en el período desde 1997-2013, cuando CT tuvo el manejo de casi la totalidad de terminales de almacenamiento de Petroperú, con excepción del Callao y una pequeña unidad en Cerro de Pasco. Los antecedentes debieron ser de conocimiento público antes de otorgarle, en junio de 2014, cinco terminales, incluido el más importante, Callao, que tiene una capacidad de 1.06 MMB, por un período de 20 años.
INTEROCEÁNICA Y GASODUCTO
Si esto es así, el Congreso debería exigirle a Petroperú los antecedentes de la contratación de junio de 2014, un año concurrente de varios hechos que es necesario recordar. Y es que es pertinente que ahora se sepa los antecedentes bajo los cuales Petroperú hizo entrega de la gestión de terminales a Graña y Montero (G&M) y su socio Oiltanking, por todos los actos en que se ha vinculado a la empresa, desde el 2005, con la concesión de la Carretera Interoceánica Sur en favor de la constructora brasileña Odebrecht. Un tema adicional es el caso del Gasoducto Sur Peruano, que se otorgó también en junio de 2014 a un consorcio liderado por la misma Odebrecht. G&M no apareció en aquel sino hasta el año siguiente, pero sabido es que tanto los principales directivos como la empresa se han convertido en colaboradores eficaces, esto bajo el argumento que tenían un acuerdo secreto de participación con la citada empresa durante el proceso de la licitación.
Y en el mismo año 2014, G&M a través de su subsidiaria Graña y Montero Petrolera (GMP), se hizo de los lotes productores de crudo y gas natural en la región Piura, de los lotes III y IV, hoy materia de un proceso arbitral contra el Estado peruano en la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya.
CAÍDA DE G&M
Mejor dicho, se hizo de varios negocios no obstante que junio de 2014 no era un buen momento para G&M. Como es obvio, la mejor manera de ver el desempeño de una empresa que cotiza en mercados bursátiles es por la valorización de sus acciones. En el año 2014, en el mes de enero, la cotización promedio de G&M en la Bolsa de Valores de Lima llegó a 11.799 soles/acción. De allí hacia adelante experimentó una caída estrepitosa hasta la fecha, donde la cotización es del orden del 1.60 soles/acción. En junio de 2014, la acción se había desvalorizado en 21% respecto al máximo. Cosa similar le ocurría en la Bolsa de Valores de Nueva York, donde sus ADR (American Depositary Receipt) en el período enero-junio de 2014, también cayeron en 21%, de 21.269 a 16.794 US$. Todos estos hechos son más que suficientes para que los directivos y funcionarios de Petroperú expliquen públicamente si la decisión de otorgar un contrato de gestión de 5 terminales a CT fue debidamente sustentada.
PLANTAS DE COMBUSTIBLES
El Congreso de la República no solo debe revisar los contratos de almacenamiento de los combustibles líquidos sino tomar medidas en este rubro del negocio petrolero ligado al transporte y la comercialización, en especial de hidrocarburos. Así se expresó el presidente del Capítulo de Petróleo y Petroquímica del Colegio de Ingenieros del Perú, Ing. Enrique Bisetti Solari.
“Es una aberración que se haya entregado el almacenaje a empresas tipo Graña y Montero, como si Petroperú no tuviera cuadros técnicos para este trabajo, por lo que tiene que estar pagando por un servicio que lo puede y lo debe hacer”, subrayó.
Tratándose de un tema de administración y operación, reiteró, Petroperú no tenía por qué entregarlo a Graña y Montero y a otra empresa extranjera, en desmedro del profesionalismo peruano, más aún si estaba de por medio el nefasto caso Odebrecht y luego el escándalo del gasoducto del sur.
CUERDAS SEPARADAS
“Hay que investigar y hay que sancionar si es necesario los actos de corrupción, pero eso no debe significar la paralización de esa importante obra, como otras, por el desarrollo del país. Son dos asuntos que van por cuerdas separadas”, insistió.
Los sucesivos gobiernos han entregado el almacenamiento, entre otras actividades de la industria petrolera y gasífera, no obstante que estaba en agenda y debate la mejora de toda nuestra infraestructura, construyendo más tanques, especialmente en el interior del país por razones incluso de seguridad energética, sostuvo.
“Esas nuevas plantas deben estar, por ejemplo, en Bayóvar, en el norte, y en todas las regiones donde no existen, si acaso revisamos el mapeo oficial de Petroperú”, subrayó, tal como se puede observar en estas páginas. La ausencia de esta infraestructura se ha hecho evidente en la pandemia del Covid-19 cuando el crudo de los lotes de las operaciones en selva no pudo trasladarse por el Oleoducto Nor-Peruano y menos almacenarse. “Se llegó al extremo de usar los tanques de gasolina para el crudo, lo que de por sí ocasiona problemas técnicos y presupuestarios, por ejemplo su posterior limpieza, los pasivos ambientales, etc.”, dijo Bisetti. Estos y otros temas referidos a la integración vertical y a la necesidad de tener un complejo petroquímico en el Pacífico, antes que lo hagan Chile y Ecuador, se debatió y aprobó en la Comisión de Energía y Minas del anterior Congreso, vale decir en el debate de la Nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos que ya tiene predictamen, recordó el experto.
Y es que Bisetti considera que es necesaria la inmediata integración vertical de la empresa petrolera del Estado para dejar atrás la particularidad de ser una empresa que en la actualidad produce poco o nada en las fases de exploración y explotación, almacenamiento y transporte, y en el área de refinación y comercialización
RADIOGRAFÍA
Los combustibles líquidos cuya demanda genera déficits en el Perú son el GLP que desde el año 2011 crece a un tasa de 5 % anual y desde el año 2015 se importa en promedio 15 mil barriles diarios de petróleo (M BPD). El 83 % de GLP que se consume, en especial en Lima, proviene de la Planta de Pisco.
El segundo producto es el diésel; desde el año 2014 se tiene un déficit promedio de 50M BPD que importamos. En cuanto a la infraestructura, a nivel nacional se cuenta con capacidad de almacenamiento de GLP de 1340 MB. Y dentro del sector Hidrocarburos existen proyectos privados relacionados al incremento de la capacidad de almacenamiento de GLP por 714 MB. La vulnerabilidad de la Seguridad Energética, aparte de la baja producción de petróleo líquido, suma la dependencia de la generación eléctrica, del gas natural que tiene importancia vital, por las centrales de Chilca, refinería de La Pampilla, su concentración y cercanía a Lima. Estos son conclusiones del Foro “Almacenamiento de Combustibles Líquidos y la Seguridad Energética” realizado por el capítulo de Petróleo y Petroquímica del Colegio de Ingenieros del Perú el 16 de diciembre de 2019.
Tengamos en cuenta que Petroperú ha estado operando directamente siete plantas de suministro de combustible en todo el país (una en Lima, cuatro en Selva y dos en el Norte); así como ocho plantas de suministro de combustible en aeropuertos. También es importante anotar que dicha empresa tiene cuatro terminales marítimos: dos en Talara, uno en Conchán (Lima) y uno en Mollendo, en el sur.
RECOMENDACIONES
Es necesario promover proyectos que mejoren la capacidad de almacenamiento de Hidrocarburos a nivel nacional (construir y reubicar), ya sean iniciativas privadas, públicas o público-privadas, en las regiones del sur, centro y norte del país, a fin de coadyuvar con la seguridad energética y garantizar la disponibilidad de energía que se produce a base de hidrocarburos.
Promover la automatización para la recepción y despacho, de acuerdo a estándares internacionales. Asimismo es recomendable, según el Colegio de Ingenieros del Perú, una cobertura real promedio de 15 días de inventario, como objetivo de la gestión de los inventarios en cada una de las instalaciones.
Finalmente, las gasolinas y gasóleos, deberían regularse a vender menos variedad de productos que encarecen innecesariamente sus procesos.