Fuente : Radio Capital
El economista vio con preocupación la celeridad de la reactivación económica y aseguró que el gobierno «está asumiendo riesgos innecesarios».
El economista vio con preocupación la celeridad de la reactivación económica y aseguró que el gobierno «está asumiendo riesgos innecesarios».
Para González Izquierdo, el gobierno estaría apresurando la velocidad de la reapertura, «asustado por las cifras que han dado sus propios organismos oficiales» respecto a la lenta recuperación que tendrá el país.
«El presidente sabe que este año vamos a estar remal y recobrar la salud nos va a tomar hasta el año 2022, en el sentido de recobrar sobre todo el nivel de empleo que teníamos en enero y febrero de este año. Llegar a eso nos va a tomar hasta el 2021 y parte del 2022. Seguro por eso está queriendo apresurar la velocidad de la reapertura», señaló.
Asimismo, indicó que acelerar la reapertura de la economía sería una medida adecuada «si se tuviera la convicción de que el monstruo de la pandemia ya está bajo control». Pero si hubieran dudas de que esto es así, esta no debería apresurarse «porque provocaría un riesgo de recaída muy alto».
«Si yo tengo la convicción que tengo bajo control a este monstruo, esa es una política adecuada. Pero si no tengo la convicción, es bien arriesgado hacerlo porque lo peor que nos podría pasar es una recaída», precisó.
Para González Izquierdo, el gobierno estaría apresurando la velocidad de la reapertura, «asustado por las cifras que han dado sus propios organismos oficiales» respecto a la lenta recuperación que tendrá el país.
«El presidente sabe que este año vamos a estar remal y recobrar la salud nos va a tomar hasta el año 2022, en el sentido de recobrar sobre todo el nivel de empleo que teníamos en enero y febrero de este año. Llegar a eso nos va a tomar hasta el 2021 y parte del 2022. Seguro por eso está queriendo apresurar la velocidad de la reapertura», señaló.
Asimismo, indicó que acelerar la reapertura de la economía sería una medida adecuada «si se tuviera la convicción de que el monstruo de la pandemia ya está bajo control». Pero si hubieran dudas de que esto es así, esta no debería apresurarse «porque provocaría un riesgo de recaída muy alto».
«Si yo tengo la convicción que tengo bajo control a este monstruo, esa es una política adecuada. Pero si no tengo la convicción, es bien arriesgado hacerlo porque lo peor que nos podría pasar es una recaída», precisó.
«Las recaídas son muy malas, son peores que las caídas. Y lo que no nos podemos permitir es una recaída desde el punto de vista de salubridad pública, no podemos. Porque la consecuencia sobre la economía, primero, y el bienestar social de las familias peruanas, va a ser grandísimo», alertó.
Para el economista, el gobierno debería implementar un sistema basado en tres pilares fundamentales: detección de casos con al menos 50 mil pruebas de diagnóstico diarias, seguimiento del entorno de la persona infectada y confinamiento de todo ese grupo.