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PRODUCCIÓN DE FLORES TAMBIÉN HA SUFRIDO IMPACTO ECONÓMICO NEGATIVO POR PANDEMIA DE COVID-19

RCR, 17 de abril de 2020.- La pandemia del COVID-19 también ha causado un impacto negativo en la producción de las flores, en Cajamarca, pues es sustento de otras industrias como el transporte, el cartón, el papel, las imprentas, el plástico, sistema de goteo, fertilizantes y agroquímicos, informó Miguel Wong Santacruz, asesor de la empresa Rosaderos, quien indicó que el Gobierno debería incluir a la floricultura en el programa Reactiva Perú.

“En Cajamarca hay cerca de 50 hectáreas, donde muchas familias tienen unidades de producción florícola y eso les da trabajo a muchas personas. Eso está sujeto a otro tipo de industrias como el transporte, el cartón, el papel, las imprentas, el plástico, sistema de goteo, fertilizantes y agroquímicos. Es un engranaje donde cada uno se ve disminuido en el ingreso, pero el productor se ve más ahogado porque no puede desatender a las plantas”, detalló.

Wong advirtió, en declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), que la industria florícola es un pequeño mundo que se estancará sino se le da una tabla de salvavidas. “En esta coyuntura el programa Reactiva Perú no abarca a la industria florícola y en esta segunda partida no sé si abarcará. Es por eso que los que productores de flores manifestamos a las autoridades de turno que nosotros también tenemos necesidades y estamos poniendo el hombro para darle al Perú el empuje que necesita”, subrayó.

“La floricultura nacional abarca 140 hectáreas distribuidas en valles de Cajamarca y Huaraz. Nosotros tenemos dos hectáreas a 3,600 metros sobre el nivel del mar. Las flores son un cultivo promisorio y emplea a mucha gente. Se le da trabajo directo a una veintena de personas por cada hectárea de flor sembrada y eso multiplicado por cinco es de forma indirecta y a nivel del mercado de las flores en general esto se multiplica”, resaltó.

Precisó que la producción de Rosaderos se ubica en la localidad de Santa Rosa de Huasmín, camino a Celendín, Cajamarca. “Las otras están en La Mora, San Pablo y la misma ciudad de Cajamarca. Se estima que las pérdidas por hectárea están entre 40 y 80 mil soles que deja de percibir directamente el productor”, dijo.